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EDAD, RAZA, SEXOReferentes biológicos para la desigualdad sociapor Phil Bartletradución de Lourdes SadaFolleto de adiestramiento¿Qué tienen en común la edad, raza y sexo cuando se utilizan para crear barreras de movilidad social o de intolerancia?Lo que tienen estas tres cosas en común es que todas ellas interactúan en las aristas biológicas y culturales (o sociales). Todos presentamos diferencias de edad, sexo y características físicas. No podemos elegir las circunstancias de nuestro nacimiento. No elegimos los padres, fecha o lugar en el que nacemos, ni la variación de cromosomas X e Y que intervienen en la unión del óvulo y el esperma («cuestión de suerte»). Estas variaciones no son lo suficientemente puras como para originar categorías biológicas precisas, pero los seres humanos añadimos significado a estas variaciones físicas y creamos categorías sociales (que interpretamos como biológicas). Ver Raza y biología. Las tres se encuentran en la interacción. Las tres son problemáticas como categorías biológicas (incluso el sexo). Las tres se utilizan para construir socialmente barreras a la movilidad social. Las tres se utilizan para crear prejuicios y razonamientos intolerantes, y con ellos, un tratamiento desigual de las personas. Señalemos que esas barreras a la movilidad (acciones) y los prejuicios o la intolerancia (pensamientos) son distintos aunque similares, y hay que distinguirlos. Cuando se forman grupos de gente con características físicas similares (con frecuencia por su afinidad de nacimiento o residencia), pueden interactuar, y quizá desarrollen rasgos aprendidos similares. Esto refuerza los prejuicios de la gente, y parece (falsamente) apoyar la noción errónea de que las características físicas pueden determinar los atributos sociales de las personas. De esta forma, se crean esterotipos según la edad, raza y sexo. Como el tratamiento de las personas está tan categorizado, puede llevar a negarse a servirles en tiendas o a alquilarles una casa. Esto se basa en la intolerancia (una forma de pensar ). El rechazo a ofrecer trabajos o promociones según este razonamiento es un obstáculo a la movilidad hacia arriba (y en ocasiones hacia abajo). La negación de permiso para conducir o para comprar bebidas alcohólicas o tabaco es una discriminación institucionalizada (legal). El techo de cristal trata de las barreras a la movilidad hacia arriba que se imponen a las mujeres, pero no a las razas o a la edad. Aunque existen características físicas distintas entre los bebés, niños, jóvenes, adultos y ancianos, no hay fronteras biológicas precisas. La elección de una edad en particular para obtener licencias o pensiones es físicamente arbitraria. El hecho de no contratar a personas (o forzarlas a retirarse) por ser demasiado jóvenes o viejos, sean cuales sean sus capacidades, es una seria barrera a la movilidad, además de una acción basada en un pensamiento intolerante. Las diferencias en la forma de vestir, actuar, hablar (incluso las variaciones en los tonos de voz: los hombres suelen utilizar tres tonos, y las mujeres cinco) se aprenden, y de forma diferente según el sexo (los transexuales las cambian). Lo que es masculino en una cultura puede ser femenino en otra cultura. La raza puede estar basada en variaciones biológicas normales, pero no hay categorías puras, existen mezclas entre ellas ( tanto por matrimonio como por descendencia) y muchas excepciones a los estereotipos comunes. ––»«––Notas: Estas notas corrigen algunas inexactitudes encontradas en los exámenes: Los dueños de esclavos no conseguían su trabajo gratis, sino que pagaban su comida, ropa, vivienda y la seguridad a edad avanzada.
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