Página principal de estudios sobre los Akan


Traducciones:

English
Español
Français
Português

                                        

Otras páginas:

Módulos de Adiestramiento

Mapa del Sitio de Akan

Sociología para principiantes

Contacto

Kompan Adepa

Ve a la gente

Ghana Web


Cosas sueltas

por Philip Bartle, PhD

traducción de Mª Lourdes Sada

Introducción

Me puse a pensar en trozos sueltos de información que no encajan en un artículo académico unificado, pero que pueden tener cierto interés para quien estudie etnografía.  Este es el propósito de este pequeño ensayo.  Según se me vayan ocurriendo otros datos aislados, los añadiré a este documento, así que vuelva a consultarlo de vez en cuando a ver si ha crecido.


Animales y humanos

El pueblo akan hace una gran distinción entre animales y humanos.  No reconocen que nosotros, el homo sapiens sapiens, seamos sólo otra especie de primate.

Esto se refleja en el uso de «animal» como insulto.  Una de las palabras más insultantes que se pueden aplicar a una persona es «aboa», que quiere decir bestia o animal.  Los kwawu tienen un chiste étnico sobre sus hermanos y hermanas akwapem.  Los akwapem son famosos por su excesiva cortesía.  Los kwawu dicen que cuando un akwapem insulta, dice «Me pa wo kyew, wo ye aboa» (por favor, es usted un bestia).  El término «por favor» se expresa con la locución «me descubro ante usted»,  que también implica «le pido».

Los akan no dan nombres humanos a sus animales.  Las mascotas de compañía son raras. Por ejemplo, sólo los cazadores poseen perros, y ahora también algunos habitantes urbanos por seguridad.  De forma ocasional, un jefe puede tener un gatito o gato en el palacio, y algunos informantes consideran que esta es una forma residual de la religión egipcia.

Varias veces, los kwawu han expresado su enojo contra expatriados europeos residentes en el país, que dan nombres humanos a sus perros de compañía.  Aún resulta más insultante si se usan para animales nombres Akan, sobre todo nombres espirituales.

El Kontihene de Obo dijo una vez que su abusua tenía un perro. No especificó, pero se supone que era un perro de caza.  El nombre del perro era «Pues claro», porque cuando te miraba parecía que entendía todo lo que estabas diciendo.  Cuando yo enseñaba en la universidad de Cape Coast, alguien me regaló un perro, y le puse el nombre de «En cuanto a ti», porque siempre andaba metido en problemas.  Mis amigos akan aprobaron el nombre.


Lo has intentado

Cuando un pueblo aprende una segunda lengua, muchas palabras y frases se traducen literalmente, utilizándose como se usarían en la lengua materna o idioma de nacimientos, en lugar de como se usan en el lenguaje importado.  Este es el caso entre los akan de Ghana que hablan inglés.  Algunas palabras y frases se usan de formas que los angloparlantes no usarían jamás.

En 1965, unos treinta canadienses, entre los que me incluyo, fuimos a Ghana como voluntarios de Cuso.  El ajuste a la nueva cultura fue una experiencia notable para todos nosotros.  Llegamos en septiembre, y en las vacaciones de Pascua siguientes nos reunimos para hacer una fiesta y compartir historias y experiencias.  Sospecho que algunas estaban muy embellecidas.

Una joven nos contaba que hizo un pastel de cumpleaños para un profesor, colega suyo.  Eran los últimos días del régimen de Nkrumah, y con el ajuste de precios había escasez de todo.  Durante semanas se esforzó en buscar harina, azúcar, huevos y leche en polvo para hacer el pastel, con la intención de agradecer a este colega su amabilidad y apoyo.  Batalló con una vieja estufa que no aceptaba bien el propano, y no conseguía un calor de horno fiable.  Cuando llegó el día, y comenzó la fiesta de cumpleaños, sacó el pastel y sus amigos le dijeron: «lo has intentado». Ella rompió a llorar.

En Canadá, el verbo «intentar» se usa en esa expresión de forma que implica fracaso.  Una madre se lo diría a un niño que ha intentado hacer algo sin éxito, para que el niño no se ponga tan triste, y al menos esté orgulloso del intento. En akan, el verbo «bo moden» implica lo contrario, felicidades por el esfuerzo, lo que significa que lo has conseguido.  En este caso, sus amigos la felicitaban por su duro trabajo y su éxito en hacer el pastel, pero ella se lo tomó como si le dijeran que lo sentían, que apreciaban el intento, pero que era un fracaso.


No tienes que ir

Una variación similar de la interpretación se da en la forma negativa del verbo «tener que», formando un imperativo.

En Canadá, «no tienes que ir», significa que esa persona es libre de decidir si va o no.  Cuando los akan hablan inglés, traducen literalmente el equivalente del twi.  La misma frase implica que tienen prohibido ir, que «tienen que no ir».


Distintas partes del cuerpo

En Canadá, la reina Victoria no está muerta del todo.  Esta semana (diciembre de 2004), a la madre de un jugador de hockey se le prohibió asistir a cualquier partido porque desnudaba sus pechos para distraer al equipo contrario al de su hijo.  Lo mismo sucede con nuestros vecinos del sur.  La popular cantante Janet Jackson causó un alboroto nacional en EEUU cuando uno de sus pechos se hizo visible en televisión durante una actuación en el descanso de un partido de fútbol.  La respuesta informal al desnudo pectoral es tan intensa que se diría que se trata de algo malo y venenoso.  Las madres se sienten incómodas en los autobuses o en los centros comerciales cuando intentan alimentar a sus bebés, y los hombres hacen chistes lascivos que indican que para ellos, los pechos son objetos sexuales.

Pregunté a mis ancianos de Obo cuál era la actitud ante los pechos.  Me dijeron que, históricamente, los pechos se conocen como órganos prácticos para alimentar niños, y el hecho de verlos no provocaba ningún sentimiento  libidinosoentre los hombres.

Sólo cuando llegaron los misioneros suizos, con sus inhibiciones lascivas, comenzó la gente a pensar en cubrir sus pechos.  Ahora en las escuelas y la universidad, y por supuesto en las iglesias, hay presiones para mantener los pechos cubiertos, en respuesta a valores importados de Europa.  Por el contrario, las medias se consideran sexualmente muy atractivas para los hombres.  Los ancianos desprestigiaban las influencias occidentales que trajeron las minifaldas, y el gusto con que las jóvenes enseñaban sus medias, causando excitación entre los hombres que las veían.  En los complejos domésticos, sobre todo en los poblados más remotos donde hice mi investigación, las mujeres desnudaban sus pechos sin mostrar turbación ni inhibición alguna.

Hurgarse la nariz en público no se consideraba un comportamiento particularmente grosero, excepto donde había influencia de actitudes europeas.

Para comer y dar o recibir regalos debe emplearse la mano derecha, mientras que para limpiarse después de defecar u orinar, hay que utilizar la izquierda.  Las mazorcas de maíz secas se utilizan con mayor efectividad que el papel higiénico.  La mujer limpia el pene del hombre con su túnica después de tener relaciones sexuales, y utiliza la mano izquierda para hacerlo.  Yo he podido ver personas educadas, incluyendo sacerdotes y pastores cristianos, que usaban deliberadamente la mano izquierda para recibir regalos, con la intención de demostrar que eran cristianos con costumbres europeas, y no africanas.  Los misioneros hicieron un buen trabajo con ellos.  La mayoría de los europeos, incluyendo a los misioneros, son ajenos o indiferentes a las distinciones entre la derecha y la izquierda.


Homosexualidad

Algunas de las organizaciones mundiales de iglesias, como la anglicana, consideran que existe una gran diferencia de actitudes: las de América del Norte muestran una gran tolerancia ante el matrimonio entre personas del mismo sexo y la homosexualidad, mientras que las de África tienden a oponerse rígidamente a ambas.  Yo supongo que los clérigos africanos reflejan valores de los misioneros del siglo XIX, y las iglesias de Europa y América del Norte han evolucionado desde entonces.  Mis primeras pesquisas, cuando estaba haciendo la investigación para mi doctorado, tuvieron la respuesta casi unánime de que la homosexualidad es desconocida en la cultura tradicional, fue probablemente introducida por los europeos, y la mayoría de personas no la conocen, entienden o practican.

Tenía un amigo y colega, un americano que hacía su licenciatura en Estudios Africanos en la Universidad de Ghana, Legon, que era homosexual.  Doug Angel.   Me comentó que sabía que la comunidad gay de Accra, la capital, tenía unos seiscientos miembros.  Desgraciadamente, murió en un accidente de moto.  Más tarde estuve hablando con una mujer sobre sus experiencias en un internado.  Me contó algo que otras me repitieron después. Las chicas de los internados mantienen relaciones sexuales, desarrollan relaciones amorosas y las retienen al acabar la escuela, y a lo largo de uno o más matrimonios heterosexuales.  Las relaciones amorosas entre chicas de escuela se consideraban inocentes, parte del servicio de las niñas más jóvenes a las mayores, pero muchas de ellas encubrían relaciones sexuales. La palabra «supi» era el nombre dado a la pareja, e implicaba una relación inocente.  Se pueden encontrar más datos sobre prácticas homosexuales entre africanos, por William N. Eskridge Jr, en Internet.


Jugar con el lenguaje

Mucho antes de comenzar mi investigación sobre la sociedad de Obo, incluyendo los papeles de los akyeame (lingüistas) y el gran valor que se da a la habilidad de jugar con el lenguaje, pude apreciar el interés en retorcer las frases.  Como profesor, en 1965, me topé con mi primer «ghananismo» una tarde al llegar a casa y leer una nota clavada en mi puerta.  Un compañero profesor había pasado de visita, pero yo no estaba entonces en casa. En la nota leí «He venido y he conocido tu ausencia», lo que me divirtió más de lo que se puede describir con palabras.  A lo largo del tiempo, me encantó observar las formas tan creativas de utilizar el inglés.  «El desayuno llama», por ejemplo, es una dulce forma de expresar que se tiene hambre.


Humor

Mi introducción a las delicias del humor entre los kwawu se produjo unos días después de comenzar con mi primer trabajo como profesor en St. Peter, en 1965.  Todas las ventanas de la clase tenían persianas. El alambre metálico era ligero y frágil, y los espacios eran de unos ocho centímetros (3 pulgadas) de ancho.  Estos espacios eran demasiado anchos para mantener fuera los mosquitos, y las clases se interrumpían de forma súbita si irrumpía una mosca tse-tsé como un bombardero B-52.   Comenté que las persianas eran demasiado flojas para impedir la entrada de ladrones, e inútiles a la hora de dejar fuera insecto o incluso pájaros. Uno de mis estudiantes se puso en pie (sí, los estudiantes se ponían en pie para dirigirse al profesor) y me dijo: «Por favor, señor, son para no dejar entrar a los elefantes».  Bueno, aunque Kwawu era históricamente famoso por sus elefantes y sus cazadores de elefantes, y el elefante está en el logotipo del estado, el último de estos animales se vio hacia 1910, pues los cazadores hicieron un buen trabajo eliminándolos.   Yo respondí a la clase: «Ningún elefante va a intentar entrar por esas ventanas».  Y entonces otro estudiante levantó la mano, y cuando le di permiso para hablar, se puso en pie y dijo: «¿Ve usted, señor?».  Funcionó.  Y así comencé mi educación en el humor akan.


Posiciones para mantener relaciones sexuales:

El año pasado, mientras daba una conferencia en la Universidad de Victoria, un estudiante preguntó sobre las posturas sexuales.  Había estado hablado sobre el papel de la línea materna en el aumento del estatus, riqueza y prestigio de las mujeres, y su independencia de padres y maridos. Ver Ginocracia encubierta.  «¿Tiene esto como resultado que las mujeres se coloquen encima durante las relaciones sexuales?» preguntó.  Recuerdo que cuando era estudiante en la UBC leí una nota de Evans Pritchard en algún periódico, que hablaba sobre la posición preferida para el sexo entre los nuer del sur de Sudán.  Cuando pregunté a mis informantes kwawu, me dijeron que el sexo era asunto de hombres, porque pertenecía a la parte blanca del universo (ver mi documento Tres almas).  Por recato, no es algo de lo que se hable con frecuencia en público.   No obstante, mi pregunta no era inconveniente porque se trataba de una cuestión puramente académica, y no hablaba de personas concretas.  En general, se prefería la posición en la que ambos están acostados de frente, con la pierna derecha de la mujer bajo la izquierda del hombre y la izquierda de ella sobre la derecha de él.  No se observaba de forma rígida.   El hombre decidía qué alternativas tomar, porque las relaciones sexuales entran en el ámbito masculino (blanco) de control.

Ver «Notas sobre hábitos sexuales zande», Evans-Pritchard, E. E. American Anthropologist, Febrero 1973, Vol 75 (1): 171-175.


No saludar

En una sociedad como la de los akan, donde los saludos a los demás son tan importantes, resulta interesante encontrar momentos en los que los saludos se evitan o están prohibidos.

Si uno va de camino a la letrina, no saluda a nadie, ni siquiera responde al saludo de otros.  Puede ser porque hay algo negativo en el lugar a donde se dirigen. El Kontihene me explicó que si te detienes a saludar, quizá eso te obligue a mantener una conversación.  Esto sería desastroso para la limpieza de tu ropa.

Cuando uno se levanta temprano por la mañana, debe lavarse al menos la cara antes de saludar a nadie.


Enseñar a los niños

Cuando uno se come su fufu por la noche, se considera grosero apoyar la mano izquierda en el suelo. La derecha, por supuesto, se utiliza para comer.  No obstante, se dice a los niños que si lo hacen, el alimento pasará por su brazo izquierdo a la tierra.  Ningún adulto lo cree, pero la advertencia es una forma de que los niños sigan las costumbres protocolarias.

Comer de pie también se considera de mala educación.  Vaya choque cultural ir a Europa y ver a la gente con prisa bebiendo café de pie en una mesa alta de una cafetería en la estación de tren.


La curiosidad mató al gato

En la sociedad canadiense animamos a los niños a explorar y descubrir por ellos mismos. Esto contribuye a que sean más creativos, y tenemos en alto concepto la inventiva y la creatividad.  Un crío de preescolar puede volver locos a sus padres preguntándoles «¿por qué?» continuamente, pero no le castigan por eso.

En la sociedad kwawu, el respeto a los mayores y a la autoridad suele tener preferencia sobre el estímulo al descubrimiento y la exploración independiente.  La pregunta «¿por qué?» se considera con frecuencia como una falta de respeto.  Se espera que un niño escuche y acepte cualquier cosa que sus padres y maestros digan.  Algunos sociólogos ven esto como la razón por la que hay pocas invenciones, pero muchas imitaciones, en la sociedad africana.  Yo no considero que la cuestión esté resuelta, pero he notado la importancia de que los niños muestren respeto  y no se les anime a pensar por sí mismos. A menudo, a un niño inquisitivo se le advierte de que no se meta en problemas con el proverbio «la curiosidad mató al gato».


Moneda

Cuando fui a Ghana por primera vez, en 1965, el país todavía utilizaba su primera moneda, emitida tras la independencia en 1957.  Durante la época colonial, 1901-1957, la Gold Coast había utilizado la divisa británica como moneda de curso legal.  La moneda británica no era muy ordenada en sus divisiones: doce peniques hacían un chelín (palabra de origen germánico) y veinte chelines hacían una libra.  El nuevo gobierno se quedó con el penique, y decidió que cien de ellos harían un cedi.

El nombre de la nueva moneda, el «cedi», era el nombre akan de la concha de ciprea, de uso muy extendido en África antes de que se introdujeran las monedas europeas.  Aún hoy, se considera que la concha de ciprea posee su propio poder espiritual, y se cose dentro de los cinturones y faldas de palma que llevan los dioses tradicionales.  Igual que ha sucedido con las rastas, a los ancianos y sacerdotes de las religiones africanas no les gustó ver cómo se ponía de moda el uso de conchas de ciprea en los tocados de los afroamericanos, porque era un símbolo religioso de su antigua cultura.  Las máquinas de escribir ya tenían un símbolo, el «¢» (símbolo americano del céntimo, que no utilizan los británicos), y lo usaron en los nuevos billetes.

Aunque esta equivalencia (100 peniques = 1 cedi) tenía sentido para los académicos y para los burócratas sentados en sus despachos con aire acondicionado, causó mucha irritación en los mercados.  Para las mujeres del mercado, el cedi era «ocho y cuatro» (100 peniques = ocho chelines y cuatro peniques).  No fue suficiente para causar un cambio de gobierno, pero era una de las quejas que las poderosas mujeres comerciantes tenían contra el gobierno socialista de Kwame Nkrumah. Los pequeños comerciantes que vendían cosas de un penique o un chelín no tenían problemas, pero las ricas comerciantes que tenían capitales de miles y cientos de miles no se sentían cómodas con el ocho y cuatro, y vieron esto como un símbolo, aunque menor, de la antipatía socialista ante los negocios.  (También se oponían a la regulación de precios y cantidades del gobierno socialista, y al «poder sumergido» de los funcionarios gubernamentales que asignaban injustamente bienes racionados a sus amantes).

Después de que Kwame Nkrumah fuera derrocado en 1966, el gobierno emitió una nueva moneda, llamada el Nuevo Cedi, que tenía una forma diferente de calcular sus divisiones.  La base era el billete de cedi en lugar del penique. Se declaró iguales los viejos y nuevos peniques, aunque estrictamente hablando no lo eran.  Cien peniques hacían el nuevo cedi, cuyo valor se estableció alrededor de 1,20 $.

El nombre vulgar de un vehículo que recorre una ruta específica, en la que suben y bajan pasajeros, es «tro tro». Este nombre se tomó de «tro», que era la palabra vernácula que denominaba tres peniques.  Con la introducción del cedi, se acuñaron monedas de dos peniques y medio, que se conocieron con el nombre de «tro».

Todo esto sucedía a finales de los 60 y principios de los 70.  Mucho después, durante el régimen de Rawlings, la presión del FMI exigió que el cedi saliera al mercado abierto, lo que tuvo como resultado una caída del valor internacional del cedi. Ahora, en 2004, un dólar americano se cambia por unos 1800 cedis, y las viejas monedas ya no circulan.

Fotos de los distintos billetes de Ghana en:  http://www.banknotes.com/gh.htm


Este documento es simplemente un conjunto de pequeñas observaciones. Vuelva a consultarlo y quizá sea más largo.

──»«──
Si copia algún material de este sitio, por favor, mencione al autor
y ponga un enlace a www.cec.vcn.bc.ca/mpfc/index.htm
Este sitio web se hospeda en la Red Comunitaria de Vancouver (VCN)

        Enlace a la página de eslóganes y proverbios         

© Derechos de autor 1967, 1987, 2007 Phil Bartle
Diseño web de Lourdes Sada
Conversión a CSS por Wai King Lung Matthew
──»«──
Última actualización: 07.01.2013

 Página principal de estudios sobre los Akan