Ser activista por Phil Bartle, PhD traducción de Mª Lourdes Sada, Folleto de adiestramiento ¿Está usted preparado para ser un animador, mediador, activista o cooperante? Autoexamen: Evalúe sus conocimientos y competencias. Hágase estas preguntas: «¿Estoy dispuesto a ofrecer mi tiempo y mis intereses a ayudar a los miembros de la comunidad a resolver sus problemas por sí mismos?» «¿Me puedo comportar de manera que la gente no me considere presuntuoso?» «¿Puedo trabajar sobre el terreno evitando disputas políticas o sectarias?» «¿Puedo mantener el interés de la gente?» «¿Estoy dispuesto a trabajar de forma que la gente pueda decir que lo han hecho ellos mismos?» «¿Tengo suficientes conocimientos elementales -de agricultura, tecnología, construcción, discapacidades, obras públicas, nutrición, trabajo social, higiene, agua- como para ayudar a los miembros de la comunidad a analizar sus propios problemas?» «Estoy dispuesto a no dejarme desmoralizar porque las cosas vayan de una forma diferente a lo esperado?» Si reúne usted estas aptitudes, estará mejor preparado para ser un activista de éxito. El papel del activista: El papel del activista es movilizar a una comunidad para que aumente su fortaleza y su autosuficiencia. Más concretamente, esto implica: Convocar reuniones comunitarias a fin de: informar correctamente a todos sus miembros en cuanto a la auto suficiencia de la comunidad, y preparar y organizar el suministro de todos los medios (materiales y humanos) precisos para las actuaciones comunitarias. Estimular a los miembros de la comunidad a participar en las actuaciones encaminadas al desarrollo que dicha comunidad desea emprender. Comprometerse en actividades que promuevan el incremento de la eficacia, capacidad, autosuficiencia y fortalecimiento de la comunidad. Asegurarse de que toda información es exacta y se interpreta correctamente. Contrarrestar activamente toda información falsa, en especial las que pueden crear expectativas poco realistas y causar luego decepción y desaliento. Alentar y elogiar a los miembros de la comunidad, reiterando que tienen la capacidad para desarrollarse por sí mismos. Asegurarse de que cada decisión sobre las actividades que la comunidad emprende es elección del conjunto de sus miembros, y no de unos pocos (los más poderosos) líderes de esta comunidad. Asegurarse de que en las decisiones comunitarias se escucha a los más débiles, incluyendo mujeres, jóvenes, discapacitados, minorías étnicas, enfermos o privados del derecho de voto. Promover y alentar la unidad entre los miembros de la comunidad, unidad de intención, unidad de metas. Hacer frente activamente a los prejuicios que provocan desunión: intolerancia, racismo, sexismo, favoritismo, sentimientos de tribu, casta o clase. Reunirse frecuentemente con otros activistas para compartir experiencias, resolver en común problemas habituales y mejorar las técnicas de animación y dirección de las comunidades. Ayudar en la formación en técnicas de gestión de comunidades a los líderes y miembros de la comunidad. El activista comunitario es un animador social, y debe ser un experto en los principios y técnicas de la animación social, al tiempo que procura aprender más sobre la forma de estimular a las comunidades para la unidad, la toma de decisiones, la planificación de actividades, la identificación y suministro de sus propios medios para la acción comunitaria, y la elección de las estrategias adecuadas para la utilización de recursos propios y externos necesarios para alcanzar las metas comunes. --><-- Si copia cualquier parte de este sitio en otro sitio web, por favor, ponga un enlace a él: www.scn.org/mpfc/. A la página de palabras clave. A los módulos de adiestramiento. Eje de este módulo. Pie de página Actualización: 25 de junio de 2003