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LLAME «REGALOS» A LOS PROBLEMAS

por el Dr. Phil Bartle

tradución de Mª Lourdes Sada

Folleto de formación

Una rosa con otro nombre puede oler a ajo

Unos periodistas preguntaron a la difunta Madre Teresa de Calcuta: «Tiene usted siempre una actitud muy positiva. ¿No tiene ningún problema? Ella respondió: «Sí, los tengo como todo el mundo, pero les cambio el nombre. Los llamo regalos».

En sociología somos conscientes de que el lenguage que aprendemos determina nuestra realidad. Este hecho se denomina hipótesis de Sapir-Whorf .

Desde que se publicaron los libros «Granja de animales» y «1984», el mundo sabe que los gobiernos pueden cambiar el nombre de departamentos y acontecimientos para cambiar nuestra perspectiva a la hora de interpretarlos. Orwell lo llamó Neolengua o Newspeak. En épocas más recientes lo hemos denominado relaciones públicas, con cuya ayuda los gobiernos que se dedican a actividades vergonzosas o inmorales cambian el nombre a dichas actividades para contener una posible reacción pública negativa.

Por ejemplo, el término «daño colateral», acuñado por el gobierno estadounidense, se utiliza para denominar a las personas inocentes –incluyendo mujeres, niños o cualquier civil–que resultan muertas o heridas en los bombardeos de zonas no militares. Estos ejemplos negativos muestran cómo puede utilizarse este fenómeno con infames propósitos. No obstante, y ya que el fenómeno es conocido, no existe razón alguna que nos impida utilizarlo para un buen fin.

Siempre hay problemas durante la movilización. Los voluntarios y colaboradores hacen promesas que luego no cumplen. La gente no asiste a las reuniones. La información no se interpreta correctamente. Gente con intereses personales (de los de antes) sabotean las iniciativas de potenciación comunitaria. Personas con una comprensión parcial de la metodología utiliza la falta de información para socavar el trabajo del activista. Se crean y difunden rumores alimentados por temores supersticiosos e ignorantes. Ciertos derechos humanos se consideran contrarios a la tradición y la cultura.

Si usted, el activista, imita a la Madre Teresa, dándole a esos problemas nuevos nombres, no parecerán tan abrumadores, quizá más previsibles y comprensibles, menos amenazadores hacia su labor. «Regalos» es un buen nombre, pero quizá usted encuentre otras palabras útiles que le permitan aceptar un problema como algo que puede controlar.

© Derechos de autor 1967, 1987, 2007 Phil Bartle
Diseño web de Lourdes Sada

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Última actualización: 25.03.2012