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Principios de fortalecimiento





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CULTURA Y ANIMACIÓN SOCIAL

Un poco de teoría sociológica para el trabajador sobre el terreno

por Phil Bartle, PhD

traducción de Mª Lourdes Sada

Documento de referencia

1. La animación promueve el cambio social:

Un asentamiento humano no es sólo un conjunto de casas. Es una entidad humana (social y cultural). (Las casas, que son productos culturales de la humanidad, están contenidas en una de las seis dimensiones de la sociedad o la cultura, la dimensión tecnológica, como se explica más abajo).

La animación social (promoción de la participación comunitaria y la auto ayuda) moviliza y organiza una comunidad. Esto significa que la organización social de la comunidad cambia, aunque sea ligeramente. El animador, por lo tanto, es un agente o catalizador del cambio social.

2. Un animador debe conocer la sociedad:

Puede ser peligroso jugar con el cambio en algo que usted no conoce en absoluto. Por lo tanto, es responsabilidad del animador aprender algo de las ciencias de la antropología y la sociología. Un animador es un sociólogo práctico, así que tiene que conocer las materias más importantes del tema.

3. Tenga presentes los elementos esenciales de la sociedad:

Aquí, lo más importante que un animador tiene que percibir son las interconexiones entre las dimensiones culturales que comprende una comunidad. Aunque los científicos sociólogos tengan discrepancias sobre la naturaleza precisa de esas interconexiones, todos ellos estarán de acuerdo en que la característica básica de la sociedad (y por tanto, de las comunidades dentro de ella) es la interconexión de estas dimensiones culturales.

Una comunidad, como cualquier otra institución social, no es solamente una colección de personas individuales; es una amalgama cambiante de relaciones, actitudes y comportamientos de sus miembros.

4. La cultura se aprende:

La cultura consiste en todas esas cosas, incluyendo acciones y creencias, que los seres humanos (como animales físicos) aprenden, lo que los hace humanos. La cultura abarca el comportamiento, pero no las cosas que son determinadas genéticamente. La cultura se guarda y transmite por medio de símbolos, nunca por cromosomas. Mientras que parte de esa cultura se aprende en la infancia (por ejemplo, a hablar) otra se aprende en la madurez. Cuando el animador está comprometido a promover el cambio social, lo que está fomentando es el aprendizaje de nuevas ideas y comportamientos. Por lo tanto se necesitan conocimientos de educación de adultos.

Esta definición sociológica de cultura, que es la sociedad en sí misma, no es la imagen común que tiene la gente, es decir, danzas y tambores, o solamente las artes (que están englobadas en una de las seis dimensiones de la cultura, la dimensión estética).

5. La cultura trasciende a los humanos:

La cultura es superorgánica. Comprender este concepto especial, «superorgánico» es importante para entender qué es una comunidad. Al igual que el nivel orgánico tiene su base en elementos inorgánicos (las células vivas están compuestas de átomos no vivos, etc.), el superorganismo se basa en elementos orgánicos (la sociedad no es un ser humano, pero está compuesta de seres humanos).

Esto significa que durante la animación (movilización y organización) de una comunidad, el animador tiene siempre que ser capaz de separar lo que le sucede al conjunto de la comunidad de lo que les pasa a individuos particulares.

6. Una comunidad es un sistema superorgánico:

Una comunidad puede verse como si fuera un organismo. Vive y funciona incluso si sus miembros humanos vienen o van, nacen o mueren. De igual forma que una célula viva, planta o animal trasciende a sus átomos, una institución, un patrón de comportamiento trasciende a sus individuos humanos.

Por ejemplo, la gente puede tener una creencia, pero esa creencia vivirá a través de otras personas cuando las primeras mueran. Lo mismo sucede con una institución como el matrimonio, una organización como una fuerza aérea, una ciudad como Maputo, una costumbre como la de estrecharse las manos, una herramienta como una azada o un sistema como la mercadotecnia. Todo esto trasciende a los seres humanos individuales que los portan.

Así, una sociedad es un sistema, no un sistema inorgánico como un motor, ni un sistema orgánico como un árbol, sino un sistema superorgánico compuesto por las ideas aprendidas y los comportamientos de los seres humanos. Aunque una comunidad es un sistema cultural (en lo que trasciende a los individuos que la componen) no podemos asumir que es una unidad armoniosa. No lo es. Está llena de facciones, luchas y conflictos, basados en las diferencias de sexo, religión, acceso a la sanidad, etnia, clase, nivel educacional, ingresos, propiedad de capital, lengua y otros muchos factores.

Para promover la participación comunitaria y el desarrollo, es tarea del animador unir esas facciones, estimular la tolerancia y el espíritu de equipo y obtener decisiones consensuadas. Esto no es nada fácil. En otros documentos de estas series se explican técnicas para hacerlo, mientras que el conocimiento de los sistemas social y cultural (que se describen en este documento) pone el fondo teórico sobre el que el animador puede basar sus conocimientos profesionales.

Para que el animador pueda promover el cambio social en una comunidad, es necesario que sepa cómo opera ese sistema, y por extensión, cómo responderá a los cambios. Igual que un ingeniero (un científico físico práctico) debe saber cómo funciona un motor, el mediador comunitario (científico sociólogo práctico) necesita conocer cómo actúa una comunidad.

7. Dimensiones de la cultura:

Cualquier cultura (u organización social) tiene varias dimensiones. Como las dimensiones físicas de anchura, altura, profundidad o tiempo, las dimensiones culturales pueden variar en tamaño, pero por definición, afectan a todo el conjunto. Aquí proponemos el grupo más lógico de seis dimensiones sociales o culturales: las que cuentan para cualquier sistema de valores aprendidos y comportamientos.

Las dimensiones de la cultura son:

  1. Tecnológica
  2. Económica
  3. Política
  4. Institucional (social)
  5. De valores estéticos
  6. Perceptual y de creencias

Todas ellas son sistemas dentro de cada sistema social. Están basadas en comportamientos aprendidos, que trascienden a los individuos que han aprendido partes de ellas. Al igual que las dimensiones físicas de longitud o tiempo, si falta cualquier dimensión de la cultura, por definición, todas faltan.

No se puede «ver» una dimensión cultural o social como se puede ver a una persona. Cada individuo manifiesta cada una de las seis dimensiones de la cultura. Para lograr una conciencia social, el animador debe ser capaz de analizar cada una de las seis dimensiones, y las relaciones entre ellas, aunque sólo pueda ver individuos, y no estas dimensiones.



8. La dimensión tecnológica de la cultura:

La dimensión tecnológica de la cultura es su capital, sus herramientas y conocimientos, y su forma de relacionarse con su entorno físico. Es la conexión entre la humanidad y la naturaleza.

Recuerde que no son sólo las herramientas físicas en sí las que hacen la dimensión tecnológica de la cultura, sino las ideas aprendidas y los comportamientos que permiten al hombre inventarlas, utilizarlas y enseñar a los demás sus conocimientos sobre ellas. Cuando un mediador estimula en una comunidad la construcción de una alcantarilla o pozo, se introduce nueva tecnología. Un pozo (o alcantarilla) es una herramienta en la misma medida que lo es un martillo o un ordenador. El mediador tiene que estar preparado para comprender los efectos que la introducción de un cambio en la dimensión tecnológica pueda tener en las otras dimensiones de la cultura.

9. La dimensión económica de la cultura:

La dimensión económica de la cultura comprende sus diversas formas y medios de producción y asignación de los bienes y servicios útiles y escasos (riqueza), ya sea a través de regalos, obligaciones, trueque, comercio o asignaciones de propiedades.

No son los objetos físicos como el dinero los que constituyen la dimensión económica de la cultura, sino la variedad de sus ideas, valores y comportamientos que hacen que los hombres den valor al dinero (y otros elementos) dentro del sistema económico que han creado y utilizan. La riqueza no es solamente dinero, al igual que la pobreza no es sólo su carencia.

Cuando una comunidad decide asignar suministro de agua con tarifa plana a todas las residencias o pagando según el gasto que tenga cada una, se está eligiendo entre dos sistemas muy diferentes de distribución económica. El animador debe estimular a la comunidad a elegir lo que quiere de forma coherente con los valores y actitudes predominantes. (Un buen animador no intentará imponer su noción de cuál sería el mejor sistema de distribución; los miembros de la comunidad, todos juntos, tienen que llegar a una decisión consensuada).

10. La dimensión política de la cultura:

La dimensión política de la cultura comprende sus diversas formas y medios de asignar el poder y la toma de decisiones. No es lo mismo que la ideología, que se engloba en la dimensión de valores. Entre otras cosas, incluye los tipos de gobierno y los sistemas de gestión. También la forma en que grupos pequeños de personas toman decisiones cuando no existe un líder reconocido.

Un animador debe ser capaz de identificar los diferentes tipos de líderes en una comunidad. Algunos poseen una autoridad tradicional, otros, cualidades carismáticas personales. Al trabajar con una comunidad, el animador tiene que ser capaz de desarrollar el sistema existente de toma de decisiones para promover la unidad comunitaria y la toma de decisiones en grupo de forma que beneficie a toda la comunidad y no solo a los que tienen intereses creados.

11. La dimensión institucional de la cultura:

La dimensión institucional o social de la cultura la componen las formas en las que la gente actúa, se relaciona con los demás, reacciona y cómo espera que los demás actúen y se relacionen. Esto incluye instituciones como el matrimonio o la amistad, roles como el de madre u oficial de policía, estatus o clase, y otros patrones de comportamiento humano.

Para que el animador o activista tenga éxito, debe conocer cuáles son las instituciones locales, cuáles son los diferentes papeles que desempeñan los hombres y las mujeres, y cuáles son las formas más importantes de relación social.

12. La dimensión estética y de valores de la cultura:

Esta dimensión de la cultura es la estructura de ideas, a veces paradójicas, inconsistentes o contradictorias que tiene la gente sobre lo bueno y lo malo, lo bonito y lo feo, el bien y el mal, que son las justificaciones que cada persona cita para explicar sus acciones.

Cada vez que un animador introduce nuevas formas de hacer las cosas en una comunidad, debe considerar los valores predominantes, aunque sean contradictorios y variados.

13. La dimensión conceptual y de creencias de la cultura:

Esta dimensión es también una estructura de ideas, también a veces contradictorias, que la gente tiene sobre la naturaleza del universo, del mundo que le rodea, su papel en él, su causa y efecto, la naturaleza del tiempo y la materia y sus comportamientos.

El animador debe ser consciente de las creencias predominantes en la comunidad. Para ser un catalizador efectivo del cambio social, el animador debe sugerir y promover acciones que no ofendan estas creencias predominantes, y las que son coherentes, o al menos apropiadas, con las creencias (o conceptos de cómo funciona el universo) ya existentes.

14. Todas las dimensiones se encuentran en cada porción de cultura:

Lo más importante que debe recordar es que en cada sociedad, comunidad o institución, en cada relación entre individuos, hay un elemento de cultura, lo que implica un poco de cada una de estas dimensiones culturales. Todas ellas se aprenden desde el nacimiento.

El recién nacido es como un animal, todavía no es un ser humano, pero comienza a aprender cultura inmediatamente (por ejemplo, al mamar) al relacionarse con otros humanos, y de este modo comienza a convertirse en humano. (Muchos dirán que el proceso de humanización comienza en el útero). Este proceso de aprendizaje, y por lo tanto, de conversión, continúa hasta la muerte.

Si no está aprendiendo, está muerto.

15. La interconexión tiene un uso práctico:

Para el animador social, o cualquiera que esté comprometido con actividades de desarrollo, la parte más importante de todo esto es la variedad de interconexiones entre las dimensiones culturales. Pueden estar relacionadas de forma casual o funcional. Por ejemplo, en el caso de la tecnología (contrariamente a lo que se suele pensar), tanto las herramientas como los conocimientos necesarios para usarlas, son parte de la cultura en la misma medida que las creencias, danzas o formas de asignar la riqueza.

Hacer cambios en cualquiera de las dimensiones tiene repercusiones en todas las demás. Introducir un nuevo método de obtención de agua, por ejemplo, requiere la introducción de nuevas instituciones para mantener el nuevo sistema de agua. Aprender cualquier forma nueva de hacer las cosas requerirá el aprendizaje, a su vez, de otros valores y otras percepciones. Ignorar estas relaciones cuando se promueve la transferencia de tecnologías es arriesgado (pueden producirse resultados inesperados o no deseados).

16. La interconexión afecta al cambio social:

Cambiar algo en cualquier dimensión cultural no sólo requiere cambios en otras dimensiones, sino que causa cambios en otras dimensiones. Por esto, es importante hacer evaluaciones de impacto social en todos los proyectos, sean grandes o pequeños.

17. Conclusión: La importancia de la cultura en la animación:

Las conexiones entre estas dimensiones culturales no son ni simples ni sencillas de predecir. El animador debe ser consciente de que existen, y estimular continuamente la observación, el análisis, el intercambio de ideas, la lectura y la asistencia a conferencias y seminarios. Al trabajar con una comunidad, el animador debe ir aprendiendo más sobre su cultura, y la dinámica de sus dimensiones culturales.

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Última actualización: 07.09.2009

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