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EPISTEMOLOGÍAEl estudio del conocimientopor Phil Bartletradución de Lourdes SadaFolleto de adiestramiento«La mente no es un recipiente que hay que llenar, sino un fuego que hay que encender» -- PlutarcoUna buena palabra para impresionar a sus amigos en el bar: «epistemología». Es la ciencia que estudia el conocimiento científico. Para comenzar nuestra disertación sobre investigación sociológica, revisaremos el tema de la epistemología. Tenemos que saber qué conocimientos son necesarios para examinar críticamente los estudios que realizan los sociólogos. Tenemos cuatro formas de saber:
Todas tienen puntos buenos pero son imperfectas. Muchos científicos elogian la importancia de la observación. Creen que la teoría entorpece la obtención de hechos innegables. En ocasiones se les llama «empíricos» porque exageran la importancia de las observaciones. No obstante, la sociología nos dice que desde nuestro nacimiento estamos sujetos a un constante bombardeo de información sensorial en los cinco sentidos. Nuestro aprendizaje para convertirnos en humanos, la socialización, se traduce en el aprendizaje de una lengua, lo que significa aprender a categorizar ese enorme bombardeo de los sentidos y poner la información en casillas de significados llamadas palabras. El hecho aparentemente banal de ver cómo un «gato» entra en una habitación, por ejemplo, es un proceso en el que intervienen nuestras suposiciones y espectativas, e implica el proceso de miles de fragmentos de información sensorial. Las categorizamos en gato y entrar. No hay ningún dato intrínseco en el animal o en sus acciones que requiera el uso de esos símbolos como palabras para generalizar, categorizar o describir nuestras observaciones. Todo está en nuestra mente, en los significados que hemos aprendido desde la infancia. No hay forma de que sepamos que lo que usted identifica como un jersey rojo sea del mismo color que yo veo y llamo rojo. Yo puedo estar viendo un jersey azul, pero lo llamo «rojo» porque es la etiqueta que asimilé cuando aprendí el lenguaje. Y hablando de colores, podemos añadir el problema de que en la naturaleza no existen los colores. Si estudiamos física, sabremos que la luz se divide en rayos de frecuencias ligeramente distintas cuando rebota o traspasa diferentes sustancias. Estas sustancias no tienen color: símplemente absorben parte de los rayos y rechazan los demás. Es la fisiología de nuestros ojos y nuestro cerebro lo que convierte esos rayos de frecuencias distintas en lo que llamamos colores. La segunda forma de conocimiento es el razonamiento o la lógica. Los símbolos que utilizamos para comunicar nuesta lógica son artificiales y no se hallan en la naturaleza. Por ejemplo, el número «dos» es una invención humana. Cuando vemos lo que llamamos «dos naranjas», el número dos no está en las naranjas, sino en nuestra mente. Por tanto, decir que dos más dos es igual a cuatro es un producto del razonamiento, no de la observacion. Si comenzamos con una suposición incorrecta y a partir de ella seguimos una serie de enunciados lógicos, no hay forma de confirmar que nuestra conclusión es correcta. Para los propósitos de este documento, fe y creencias son más o menos lo mismo. Todos tenemos creencias. Pueden variar de unos a otros, pero todos tenemos alguna. No se basan en la lógica o las observaciones, son lo que pensamos que es correcto. La fe es el principal medio de saber que existe Dios, Santa Claus o los elfos. La fe no es ciencia, y la ciencia no puede probar o rebatir las cosas que se creen. La forma final de conocimiento, la autoridad, es la manera en la que aprendemos y sabemos la mayor parte de las cosas. De nuestros padres, de otros que socializan con nosotros, como los hermanos mayores, profesores y líderes religiosos, adquirimos conocimientos que aceptamos como verdaderos. A veces aprendemos a desconfiar de la autoridad, como cuando descubrimos que el monstruo del sótano del que nos habló nuestra hermana mayor, no está ahí, pero a veces la sospecha nos acompaña hasta bien entrados en la edad adulta. Muy a menudo unimos distintas formas de conocer para formar argumentos. Como «Dios creó la evolución, pero los creacionistas no quieren creerlo». ––»«––Si copia algún material de este sitio, por favor, mencione al autor |
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