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CIUDADES Y URBANIZACIÓNLa dirección del cambiopor Phil Bartletradución de Lourdes SadaFolleto de adiestramientoUna parte fundamental en el proceso de incrementar la complejidadTendemos a contrastar rural y urbano, incluso hasta el punto de tener departamentos de sociología rural en las scuelas de agricultura, mientras que la sociología urbana se imparte en escuelas de arte y ciencias. Paradójicamente, el hecho es que las áreas rurales y urbanas se necesitan la una a la otra, son totalmente dependientes entre sí, y las ciudades no existirían si no se hubiera producido la revolución agrícola. Perdemos una gran cantidad de comprensión de la sociedad cuando pasamos por alto esa interdependencia. Se cree que la primera ciudad del mundo fue Mohenjo Daro, en las orillas del río Indo, en el actual Pakistán. Los arqueólogos podrán encontrar un lugar anterior, pero de momento sirve para nuestros propósitos. Para que la gente viva en una ciudad, tiene que haber otras personas fuera de ella produciendo alimentos. En la dimensión institucional, vimos el crecimiento de organizaciones no familiares. Esto fue posible gracias a un exceso de productos agrícolas. Un exceso de productos agrícolas significa que las personas no directamente dedicadas a la obtención de alimentos pueden ser alimentadas con los esfuerzos de las que están especializadas en obtenerlos. A diferencia de la recolección o la caza, que exigen grandes áreas con plantas y animales en libertad, la agricultura utiliza menores cantidades de tierra para producir mayores cantidades de alimentos. La ganadería se encuentra a medio camino entre ambas situaciones. Las ciudades más antiguas necesitaban al menos una división simple del trabajo: los agricultores producían el exceso, los mercaderes redistribuían los bienes, los artesanos elaboraban bienes no agrícolas, la aristocracia regía con un líder real como jefe, los escribas llevaban las cuentas reales y el ejército los mantenía a todos a raya. Mientras siguieran estando especializadas, bien organizadas e interdependientes, las ciudades podían crecer para convertirse en ciudades estado y en reinos o imperios. Las ciudades también han crecido en población, de unos pocos cientos de habitantes en la época de Mohenjo Daro, a los millones de hoy, con grandes megápolis como las del norte de la costa este de EEUU, donde las ciudades se expanden y crecen hasta juntarse. Los sistemas de distribución, parte esencial de sus economías, son vastos y complejos. Hay que añadir la urbanización de los asentamientos rurales, que cuentan con servicios como la electricidad, telecomunicaciones, internet, e interactúan con otros de cualquier parte del mundo, desarrollando muchas instituciones y valores sociales originalmente asociados sólo con las ciudades. Las redes sociales ya no tienen límites geográficos. Junto con la urbanización llega el urbanismo, los patrones y valores sociales vinculados a la vida en la ciudad. Hay más anomia de Durkheim, más gesellschaft de Tönnies, y más alienación de Weber y Marx. Cualquier día, cualquier persona encontrará más extraños, e interactuará con otras personas menos como gente en general, y más como gente que actúa con papeles específicos pero estrechamente definidos. ¿Existe una respuesta humana a este progreso que intente hacer la vida más personal frente al creciente urbanismo? Sí, la hay: neo gemeinschaft. ––»«––Si copia algún material de este sitio, por favor, mencione al autor |
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