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LOS POLÍTICOS Y EL AGUAAliados desconfiados o peligrosos adversariospor Phil Bartle, PhDtraducción de Mª Lourdes SadaDedicado a Andrew LivingstoneFolleto de adiestramientoLos activistas deben entender a los políticosLos deseos de los políticos: Los políticos pueden ser un peligro para los activistas. En el mejor de los casos pueden convertirse en aliados vigilantes. En el peor, los políticos pueden llegar a deshacer buena parte del trabajo de potenciación de los activistas. ¿Porqué? El empeño, deseo y meta principales de un político electo es el de ser reelegido para el mismo puesto o para otro de mayor importancia. El propósito principal de un político no electo (funcionarios en altos cargos de libre designación) es (a) mantenerse en su puesto y (b) conseguir uno de mayor importancia. El político no quiere dar poderes a su comunidad, a menos que el dárselos le ayude a conseguir sus propios objetivos. Si la población está convencida de que el agua es gratis y de que el gobierno la debe suministrar gratuitamente, decir que el agua cuesta dinero no sirve a los propósitos de un político. Eso no le va a sonar bien a la gente. Para ser elegido, o para conseguir una promoción, un político se puede sentir fácilmente tentado de hacer promesas a la gente. El suministro gratuito del agua es una promesa muy fácil de hacer. Si existe una auténtica movilización para la potenciación en el área, no importa quién la haga, el político se siente tentado de decir que se suministrará agua de forma gratuita, y permitirá que el activista intente contradecirle. El suministro gratuito del agua, por parte de cualquier agencia, incrementará la dependencia, perpetuando el mito de que el agua es gratis, y por consecuencia, acentuará la pobreza en lugar de combatirla. Si el agua no llega, el político puede culpar al activista. Si un activista se significa demasiado al establecer estos hechos, puede encontrarse con la anulación de sus credenciales y de su permiso para operar por parte del político que no quiere que estos sucesos se hagan públicos. La primera víctima de la política (como en la guerra) es la verdad. La única estrategia que le queda al activista es demostrar que si se permite desarrollar un enfoque potenciador, la sociedad será económicamente más estable, y estará más informada y más fortalecida. Si entonces la gente ve que el político ayudó en este proceso (en vez de contar mentiras y subvertirlo) este político se beneficiará. Si el político, en su campaña electoral, explica que aunque el agua no sea gratis es una inversión y que las comunidades pueden hacerse más fuertes si se esfuerzan más, el político se puede considerar un aliado. Los políticos de miras estrechas y deshonestos no nos interesan. Queremos políticos que pongan el bienestar de la comunidad por delante de sus propias aspiraciones. ––»«––Políticos: © Derechos de autor 1967, 1987, 2007 Phil Bartle
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