FACTOR HUMANO Y POTENCIACIÓN COMUNITARIA
Verano de 2008, Volumen 14, No. 1, número especial
por el Dr Phil Bartle, Fundador del Colectivo de Potenciación Comunitaria
Victoria, Columbia Británica
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Resumen
La
Potenciación Comunitaria, una metodología especial para fortalecer comunidades,
parte de la idea de que la capacidad no se crea (ingeniería social), sino que puede
estimularse a la comunidad para que se desarrolle a sí misma. La comunidad es una
institución y forma parte de la cultura, ideas y acciones aprendidas por los humanos,
y por tanto es diferente de los humanos que aprenden. El trabajo sobre el terreno
revela que la fuerza de una comunidad se basa en dieciséis factores de fortaleza,
que describiremos y demostraremos que pertenecen a las seis dimensiones de la cultura,
lo que los hace parte del enfoque de «Factor humano» que considera la persona al
completo.
[Versiones en inglés, francés y alemán de este resumen]
Introducción
Como
aprenden los estudiantes de primer año de sociología o antropología, ser humano
es tener una cultura (Henslin, 2004). La enculturación ─el proceso de adquirir
una cultura, que dura toda una vida─ es un proceso de aprendizaje.(1) La
cultura y sus instituciones, es decir, la sociedad, no se compone de humanos, sino
de los pensamientos y las acciones de los humanos: la cultura (lo que nos hace humanos)
es algo que «portan» los humanos.
La
comunidad es una de las más antiguas instituciones de la humanidad y parece haber
existido tanto tiempo como los propios humanos. Como todas las instituciones sociales,
la comunidad no puede verse, sentirse o escucharse, como el modelo de un átomo.
Una comunidad no es un ser humano y no puede comer, pensar, juzgar o jugar al golf,
y no debemos antropomorfizarla si queremos ser precisos a la hora de comprenderla
y de predecir sus acciones.(2)
Orígenes
de la Metodología de Potenciación Comunitaria
La
metodología de potenciación comunitaria no se originó con fines didácticos o
académicos. Se originó sobre el terreno como medio de resolver un problema muy
complicado: el problema social de la pobreza. Esto significa que no existe un rastro
de publicaciones académicas sobre el tema. Cuando Einstein escribió su teoría
de la relatividad a principios del siglo XX, todo el mundo conocía el significado
de los elementos que aparecía en su fórmula: e, m, c y «cuadrado», pero hizo
falta que él los juntara para crear una nueva forma de ver el universo. Es posible
que veamos los elementos de la potenciación comunitaria y supongamos que ya se ha
formulado la metodología. No es así.
El
factor humano y la potenciación comunitaria
La
perspectiva del factor humano surgió al reconocer la necesidad de estudiar a la
persona en sus conjunto, incluyendo los aspectos espirituales. La metodología de
potenciación comunitaria depende de un análisis de la cultura humana según seis
dimensiones, una de las cuales es la espiritual: las creencias y la visión del mundo.
Estas dimensiones ─tecnológica, económica, política, social, valores y visión
del mundo─ y el papel que desempeñan en la potenciación, se explican a continuación.
Potenciación
y desarrollo
Una
de las razones por la que muchos lectores piensan que esto ya es antiguo es lo similar
que suena «desarrollo comunitario» y «potenciación comunitaria». Desarrollo
significa hacerse mayor y más complejo. Aunque ambos conceptos son distintos por
definición, están estrechamente vinculados.
La
potenciación comunitaria se diferencia del desarrollo comunitario en que no tiene
un origen y una orientación colonial, no se limita a las comunidades rurales y se
basa en un examen más complejo de las comunidades, que analiza las seis dimensiones
de la cultura y los dieciséis elementos del fortalecimiento comunitario.
El
desarrollo, también el de una comunidad, es un incremento de la complejidad. No
es sólo un simple aumento del tamaño de su población, de su área de control o
de su riqueza. El desarrollo se parece más al crecimiento de una planta que a la
fabricación de una máquina. Pensemos en el desarrollo de una bellota: no se convierte
en una bellota del tamaño de una casa, sino en un roble.
Cuando
una comunidad se hace más fuerte, también se hace más poderosa. Se incrementa
su capacidad de conseguir las cosas que desean sus miembros y cada vez se desarrolla
más esta capacidad. Podemos estimular a una comunidad para que desarrolle su propia
capacidad, pero no podemos crearla.
La
metodología de potenciación comunitaria se basa en la aplicación práctica de
la sociología. Va más allá del desarrollo comunitario clásico, de corte rural
y vinculado al colonialismo. Considera que una comunidad es algo que se fortalece
cuando se ejercita o se esfuerza, como cualquier organismo cultural o biológico.
Cuando
le proporcionamos a una comunidad todo lo que necesita y hacemos todo el trabajo
por ella, se convierte ─hablando metafóricamente─ en un holgazán cultural.
Hay momentos y lugares apropiados para la caridad, como después de un desastre natural
o provocado por el hombre, cuando la caridad puede significar la diferencia entre
la vida y la muerte. Pero si la caridad se alarga demasiado tiempo contribuye a la
dependencia, que a su vez debilita y empobrece la comunidad. Demasiado tiempo sería
más de unos meses, y no años, como suponen muchos trabajadores de agencias humanitarias.
Al igual que un organismo biológico se atrofiaría, los destinatarios de esa caridad
pierden la capacidad de hacerse autosuficientes.
Elementos
principales de la potenciación comunitaria
Se
compone de ocho principios importantes:
- Los
miembros poderosos de la comunidad (dirigentes y líderes de opinión, no sólo la
mayoría demográfica) debe desear que la comunidad se haga más autosuficiente y
esté dispuesta a hacer sacrificios y esfuerzos en ese sentido. (Los dirigentes y
líderes de opinión pueden ser oficiales u oficiosos). Si no existe este deseo,
el activista estaría perdiendo el tiempo y sería más útil en otra comunidad.
- Un
agente formado y experimentado estará disponible para intervenir estimulando y guiando
a la comunidad para que se organice y actúe con el fin de superar la pobreza y hacerse
más autosuficiente. El activista puede ser alguien que posea aptitudes y conocimientos
naturales, aunque la formación que procuran estas páginas se dirige a desarrollar
y poner a punto estos talentos naturales.
- Aunque
puede ofrecerse ayuda, no debe ser caridad, que promueve la dependencia y la debilidad,
sino una colaboración, asistencia y formación que promueva la autosuficiencia y
el incremento de la capacidad.
- No
se debe controlar a las organizaciones y comunidades receptoras ni forzarlas al cambio.
Por el contrario, los profesionales adiestrados para ser activistas o cooperantes
deben intervenir estimulando, informando y guiando. Hay que evitar la ingeniería
social. Lo que hace falta es persuadir y facilitar.
- Los
organismos se hacen más fuertes al ejercitarse, esforzarse y enfrentarse con la
adversidad. La metodología de la potenciación comunitaria incorpora este principio
para la organización social. Los entrenadores deportivos dicen «sin dolor no se
gana». No promovemos el dolor, pero promovemos el esfuerzo y la firmeza.
- La
participación de los receptores, sobre todo en la toma de decisiones, es esencial
para que se incremente su capacidad. No se pueden tomar decisiones por la comunidad
o en su nombre.
- Una
parte considerable (que varía) de los recursos necesarios para un proyecto comunitario,
deben provenir de los propios miembros de la comunidad.
- Nuestra
intención debe ser que desde el principio los participantes tomen el control absoluto,
tomen todas las decisiones y acepten la responsabilidad total de las acciones que
conducen a incrementar su fuerza.
Para
más detalles sobre estos principios, ver Bartle (2004).
Este
es el conjunto de principios esenciales de la metodología de potenciación. Utilizando
estos importantes principios, se aplica cada una las seis dimensiones culturales
y de los elementos de fuerza en el proceso de ayudar a una comunidad a fortalecerse.
Elementos
de fuerza
Cuarenta
años de estimular comunidades para que se fortalezcan a sí mismas han revelado
dieciséis elementos de fuerza.(3) Investigaciones
posteriores, como las de Weber sobre los elementos que hacen fuertes a las burocracias,(4)
mostraron
que los mismos dieciséis elementos se aplican a la fortaleza de las familias y de
las organizaciones oficiales.
Los
dieciséis elementos de fuerza
Altruismo:
La
proporción y el grado en el que las personas están dispuestas a sacrificar beneficios
propios por los beneficios de la comunidad en su conjunto (que se reflejan en el
grado de generosidad, humildad individual, orgullo comunal, apoyo mutuo, lealtad,
preocupación, camaradería, hermandad). Conforme una comunidad desarrolla más altruismo,
desarrolla más capacidad. (Cuando se permite que las personas, familias o facciones
sean avariciosas y egoistas a expensas de la comunidad, ésta se debilita).
Valores
comunes:
Es
el grado en el que los miembros de la comunidad comparten los valores, sobre todo
la idea de que pertenecen a una entidad común que supera los intereses de los miembros
que la componen. Cuanto más compartan los miembros ─o al menos entiendan y toleren─
los valores y actitudes de los demás, más fuerte será la comunidad. (Racismo,
prejuicio e intolerancia debilitan a una comunidad u organización).
Servicios
comunitarios:
Son
la infraestructura y los servicios en los asentamientos humanos (como caminos, mercados,
agua potable, acceso a la educación, servicios de salud), la fiabilidad de su mantenimiento
y reparación, su conservación, y el grado en que todos los miembros de la comunidad
tienen acceso a ellos. (éste es un indicador de la fortaleza de la comunidad, no
un fundamento). Cuantos más miembros de la comunidad tengan acceso a las instalaciones
comunales necesarias, mayor será el grado de fortaleza de esa comunidad. (Al medir
la capacidad de las organizaciones, hay que incluir equipos de oficina, herramientas,
suministros, retretes y otros servicios para el personal, así como sus condiciones
de trabajo).
Comunicaciones:
En
general, dentro de una comunidad, y entre ésta y el mundo exterior, la comunicación
incluye carreteras, sistemas electrónicos (teléfono, radio, televisión, Internet),
medios impresos (periódicos, revistas, libros), redes, lenguas en las que se puedan
entender, alfabetización y voluntad y capacidad de comunicar (lo que implica tacto,
diplomacia, voluntad de escuchar y no sólo hablar). Cuanto mejores y mayores sean
las comunicaciones de una comunidad, más fortaleza demuestra (En una organización,
se miden los equipos de comunicación, los métodos y experiencia de su personal).
Una pobre comunicación significa una organización o comunidad débil.
Confianza
en la propia capacidad:
Aunque
ésta se exprese como confianza individual, ¿qué grado de confianza comparte la
comunidad en su conjunto? Por ejemplo, la conciencia de que la comunidad puede lograr
lo que quiera. Actitudes positivas, apertura, auto motivación, entusiasmo, optimismo,
talante independiente, voluntad de luchar por sus derechos, ausencia de apatía y
abandono fatalista, una «visión» de lo que es posible lograr. El fortalecimiento
también incluye una mayor confianza de la comunidad en sí misma.
Contexto
(político y administrativo):
Una
comunidad será más fuerte, más capaz de fortalecerse y de mantener su fortaleza,
si su entorno apoya esta pretensión. Este entorno incluye elementos políticos (incluyendo
los valores y posturas de los líderes nacionales, la legislación y reglamentación)
y administrativos (actitudes de funcionarios públicos, técnicos, así como las
normativas y procedimientos gubernamentales). En cuanto al entorno político, cuando
los políticos, líderes, tecnócratas y funcionarios públicos, sus leyes y reglas,
adoptan un enfoque de «dar suministro», se debilita la comunidad, pero si adoptan
un enfoque de «dar prestaciones» a la comunidad, de apoyarles en sus actuaciones
de auto ayuda, la comunidad se hará más fuerte. Las comunidades son más fuertes
cuando existen en un contexto que las respalda.
Información:
Más
que de tener o recibir información, la fortaleza de la comunidad depende de su capacidad
de procesar y analizar esta información, del nivel de sensibilización, conocimientos
y sabiduría de los individuos claves y del propio grupo como tal. Cuando la información
aumenta en eficacia y utilidad, y no sólo en volumen, también aumenta la fortaleza
de la comunidad. (Queremos hacer notar la relación, aunque con ciertas diferencias,
del elemento de comunicación antes mencionado).
Intervención:
¿Cuál
es el grado y eficacia del estímulo (movilización, capacidad de gestión, concienciación,
entusiasmo) dirigido a fortalecer la comunidad? Las fuentes externas o internas de
tipo caritativo, ¿incrementan el nivel de dependencia y debilitan a la comunidad,
o la desafían a actuar y, al hacerlo, la hacen más fuerte? ¿Está la intervención
consolidada, o depende de decisiones de donantes externos con objetivos y planes
diferentes de los de la propia comunidad? Cuando una comunidad tiene más fuentes
de estímulo para desarrollarse, adquiere una mayor fortaleza.
Liderazgo:
Los
líderes tienen poder, influencia y la capacidad de movilizar a la comunidad. Cuanto
más eficaz sea su liderazgo, más fuerte será la comunidad. Aunque éste no es
el espacio para un debate ideológico entre el liderazgo democrático o participativo
frente a los totalitarismos, autarquías o dictaduras, el liderazgo más eficaz y
estable (para fortalecer a la comunidad, y no sólo a los líderes) es el que acata
las decisiones y deseos de la comunidad en su conjunto para apoyarla y ayudar a su
realización. Los líderes deben poseer aptitudes, voluntad y carisma. Cuanto más
eficaz sea el liderazgo, más capacidad tendrá la organización o comunidad. (La
falta de una buena dirección debilita una comunidad).
Establecimiento
de contactos:
No
sólo «lo que uno sabe», sino también «a quién conoce» puede ser una fuente
de fortaleza. (Se suele decir que no es el «know-how» sino el «know-who» lo que
consigue empleos). ¿Hasta qué punto los miembros de la comunidad, especialmente
sus líderes, conocen a personas (y agencias u organizaciones) que puedan proporcionar
recursos útiles al fortalecimiento del conjunto de la comunidad? Las relaciones
útiles, potenciales o comprobadas, que existen dentro de lacomunidad y fuera de
ella son fundamentales. Cuanto más eficaces sean los contactos, más fuerte será
la comunidad. (El aislamiento provoca debilidad).
Organización:
Es
el grado en el que los diferentes miembros de la comunidad sienten que individualmente
tienen un papel en el sostenimiento del conjunto (en vez de ser una mera colección
de personas independientes), incluyendo, en sentido sociológico, integridad organizativa,
estructura, procedimientos, procesos de toma de decisiones, eficacia, repartición
del trabajo y complementariedad de roles y funciones. Cuanto más organizada sea,
o más eficazmente organizada esté la comunidad, más capacidad tendrá.
Poder
político:
Es
el grado en que la comunidad puede participar en la toma de decisiones nacionales
y locales. Así como los individuos varían en su poder dentro de la comunidad, también
las comunidades varían en su influencia dentro de su país o región. Cuanto más
poder político pueda ejercer una comunidad, mayor será su nivel de capacidad.
Conocimientos:
Las
aptitudes, manifestadas en las personas, que contribuirán a la organización de
la comunidad y a su capacidad de lograr lo que quiere hacer, consiste en conocimientos
técnicos, de gestión, de organización y de movilización. Cuantos más conocimientos
pueda conseguir y utilizar una comunidad (de forma individual o en grupo), más fortalecida
estará la comunidad.
Confianza
mutua:
Es
el grado en que los miembros de la comunidad confían los unos en los otros, y especialmente
en sus líderes y funcionarios, y refleja a su vez el grado de integridad (honradez,
fiabilidad, franqueza, transparencia, formalidad) dentro de la comunidad. La existencia
de confianza y fiabilidad dentro de una comunidad refleja una mayor capacidad (la
deshonestidad, corrupción, malversación y desvío de recursos comunes contribuyen
a la debilitación de la organización o comunidad).
Unidad:
Es
la sensación compartida de pertenecer a una entidad definida (es decir, el grupo
que constituye la comunidad), aunque toda comunidad tiene divisiones o escisiones
(entre religiones, clases, niveles sociales, niveles de ingresos, edades, sexos,
etnias, clanes), son esenciales el grado en que los miembros de la comunidad estén
dispuestos a tolerar las diferencias y variaciones entre ellos, su disposición a
colaborar y trabajar conjuntamente, su sentido de proyecto o visión común y los
valores que comparten. Cuanto más unida está una comunidad, más fuerte es. (La
unidad no significa que todos somos iguales, sino que toleramos las diferencias de
los demás y trabajamos todos juntos por el bien común).
Bienestar:
Es
el grado en que el conjunto de la comunidad (y no sólo algunos de sus miembros)
tiene control sobre los recursos reales y potenciales, y la producción y distribución
de bienes y servicios, económicos o no, por escasos que éstos sean (incluyendo
el trabajo voluntario, la tierra, los equipos, los suministros, los conocimientos,
la preparación). Cuanto mayor bienestar disfrute la comunidad, más fuerte será.
(Cuando facciones, familias o simples individuos codiciosos aumentan su riqueza a
expensas del conjunto de la comunidad, ésta se debilita).
Las
seis dimensiones de la cultura en la comunidad
Antes
hemos mencionado que la metodología de potenciación comunitaria aprovecha las seis
dimensiones de la cultura, y aplica los cinco principios del fortalecimiento a cada
una. A continuación describimos las dimensiones con más detalle.
La
dimensión tecnológica de la cultura:
La
dimensión tecnológica de la cultura es su capital, sus herramientas y conocimientos,
y su forma de relacionarse con su entorno físico. Es la conexión entre la humanidad
y la naturaleza.
Recuerde
que no son sólo las herramientas físicas en sí las que hacen la dimensión tecnológica
de la cultura, sino las ideas aprendidas y los comportamientos que permiten al hombre
inventarlas, utilizarlas y enseñar a los demás sus conocimientos sobre ellas. La
tecnología es una dimensión cultural como también lo son las creencias y los patrones
de relación. La tecnología es cultural.
Esta
dimensión cultural es lo que los economistas llaman «capital real» (a diferencia
del capital financiero). Es algo valioso que no se produce para el consumo directo,
sino con el fin de utilizarlo en el futuro para incrementar la producción (y por
tanto la riqueza).
En
el desarrollo de la capacidad, es uno de los dieciséis elementos de fuerza que cambia
(aumenta) conforme una organización o comunidad se hace más fuerte. En la lucha
contra la pobreza, la tecnología nos proporciona armas muy valiosas.
En
el caso de una persona o familia, la tecnología incluye su casa, muebles y enseres
domésticos, entre ellos los aparatos y utensilios de cocina, puertas, ventanas,
camas o lámparas. El idioma, que es uno de los rasgos más importantes del ser humano,
pertenece a la dimensión tecnológica (es una herramienta). Va en el mismo lote
que los medios de comunicación como radios, teléfonos, televisiones, libros y máquinas
de escribir u ordenadores.
En
una organización, la tecnología comprende los escritorios, ordenadores, papel,
sillas, bolígrafos, espacio de oficinas, teléfonos, lavabos y comedores. Algunas
organizaciones poseen una tecnología específica: balones y uniformes en los clubs
de fútbol, pizarras y tiza en las escuelas, altares y bancos en las iglesias, armas
y porras en la policía, transmisores y micrófonos en las emisoras de radio.
En
una comunidad, la tecnología comunal incluye sus servicios, como el alcantarillado
y las fuentes de agua potable, carreteras, mercados, hospitales, escuelas, señales
de tráfico, parques, centros comunitarios, bibliotecas, campos deportivos. La tecnología
privada puede incluir tiendas, fábricas, casas y restaurantes.
Cuando
un facilitador anima a una comunidad para que construya una alcantarilla o pozo,
se introduce nueva tecnología. Un pozo es una herramienta (y una inversión) en
la misma medida que lo es un martillo o un ordenador.
En
general ─con algunas exepciones─, la tecnología es quizá la más sencilla de
las seis dimensiones a la hora de introducir cambios sociales y culturales. Es más
fácil introducir una radio de transistores que una creencia religiosa, un conjunto
distinto de valores o una nueva forma de familia. Paradójicamente, la introducción
de nueva tecnología, por invención o importación, provocará cambios en las otras
cinco dimensiones de la cultura.
Recuerde
que siempre hay excepciones: en las sociedades amish, por ejemplo, existe una decisión
comunal consciente de resistirse a la introducción de nueva tecnología. Para reforzar
su sentido de identidad cultural recurren a la preservación de tecnología antigua,
como carros y arados tirados por caballos, nada de tractores, coches o radios.
Estos
cambios no son fáciles de predecir ni van siempre en la dirección que queremos.
Cuando suceden pueden parecer lógicos, aunque no se hayan previsto antes.
A
lo largo de la historia humana, la tecnología ha cambiado sobre todo para hacerse
más compleja, más sofisticada y con un mayor control de la energía. Una forma
no sustituye a otra inmediatamente (aunque las fustas se han pasado de moda después
de que el coche reemplazara al caballo como medio de transporte tras un siglo de
cambio).
Los
cambios suelen ser acumulativos, las herramientas y tecnologías desaparecen si aumenta
su precio y mengua su utilidad y su eficiencia. En el transcurrir de la historia,
la recolección y la caza dieron paso a la agricultura ─excepto en unos pocos grupos
residuales─. De la misma forma, la agricultura cedió terreno ante la industria.
La gente que aún practica tecnologias antiguas y menos eficientes se ve a menudo
marginalizada y enfrentada a la pobreza. Cuando la tecnología es muy avanzada, como
en el caso de la tecnología de la información, los ordenadores o internet, suele
estar en manos de una pequeña proporción de la población mundial.
La
tecnología introducida por los activistas puede pertenecer a la medicina (hospitales
y medicamentos) y a la salud (agua limpia, higiene), escuelas o mercados cubiertos
en zonas rurales. En estos casos los residentes suelen conocer la existencia de estas
tecnologías, simplemente no las tienen antes de movilizarse para conseguirlas. Los
facilitadores deben estar preparados para entender los efectos que tendrá en otras
dimensiones de la cultura la introducción de cambios en la dimensión tecnológica.
La
dimensión económica de la comunidad.
La
dimensión económica de la comunidad comprende las distintas formas y medios de
producción y adjudicación de los bienes y servicios escasos y útiles (riqueza),
ya sea como regalo, compromisos, trueque, compra o subsidios estatales.
No
son los objetos físicos como el dinero los que conforman la dimensión económica
de la cultura, sino las ideas y comportamientos de los humanos que han creado los
sistemas económicos que se utilizan y que dan valor al dinero y otros elementos.
La riqueza no sólo es dinero, al igual que la pobreza no es sólo la ausencia del
mismo.
La
riqueza está entre los dieciséis elementos de la fortaleza o la capacidad de organización
de una comunidad. Cuando la organización o comunidad tiene más riqueza (que puede
controlar como organización o comunidad) tiene más poder y mayor capacidad de conseguir
las cosas que desea.
A
lo largo de la historia humana, la tendencia general en cuanto al cambio económico
ha ido de simple a más complejo. Un sistema no reemplaza inmediatamente a otro,
sino que se añaden nuevos sistemas y los menos útiles se van desvaneciendo.
En
grupos pequeños y simples, la riqueza ─cuaquier cosa que sea útil y escasa─
se distribuía por sencillos compromisos familiares. Cuando llegaba alguien con comida
o ropa, se asignaba a otros miembros de la familia sin esperar una compensación
inmediata.
A
medida que la sociedad se hizo más compleja y los distintos grupos entraron en contacto
entre ellos, se crearon varias formas de comercio basado en el trueque. La distribución
dentro de los grupos familiares seguía siendo más o menos la misma. Conforme el
trueque se hizo más complejo y extensivo, se añadieron ciertas instituciones para
simplificar la contabilidad: moneda, cuentas, bancos, crédito, tarjetas de crédito,
tarjetas bancarias. Estas formas no eliminaban las anteriores de forma inmediata,
sino que los regalos y la distribución familiar acabaron por hacerse mucho menores
dentro del amplio conjunto de sistemas de distribución, y el trueque perdió importancia.
Recordemos
que la moneda (dinero en efectivo) no tiene valor intrínseco Sólo tiene valor porque
la sociedad ─la comunidad, la cultura─ le ha asignado un valor. Por ejemplo,
un billete de cien euros puede utilizarse para encender un fuego o hacerse un cigarrillo
con él, pero su valor nominal es mucho mayor.
En
cualquier comunidad encontramos distintas formas de distribución de la riqueza.
Es importante que el activista comunitario se entere de cuáles son, qué cosas pueden
darse, cambiarse o venderse. Algunas formas de riqueza no se se pueden comprar en
muchas sociedades, como los favores sexuales, el cónyuge, la hospitalidad, los hijos
o la diversión. Esto puede variar. Aprender cómo se distribuye la riqueza, bajo
qué condiciones y entre quién ─estos elementos difieres─, es parte de la investigación
que el activista debe hacer.
Cuando
una comunidad decide si asigna el agua sobre la base de una tarifa plana para todas
las viviendas o de un pago por unidades de agua consumidas, está eligiendo entre
dos sistemas de distribución económica muy distintos.
El
activista debe animar a la comunidad para que sus elecciones sean coherentes con
los valores y actitudes predominantes. (Un buen activista no intentará imponer su
noción de lo que sería el mejor sistema de distribución: los miembros de la comunidad,
todos ellos, deben llegar a una decisión consensuada).
La
dimensión política de la comunidad:
La
dimensión política de la comunidad está formada por sus diferentes formas y medios
de asignar el poder, la influencia y la toma de decisiones. No es lo mismo que la
ideología, que pertenece a la dimensión de valores. Comprende, entre otras cosas,
los tipos de gobierno y los sistemas de gestión. También incluye la manera en que
las pequeñas bandas o grupos informales toman las decisiones cuando no existe un
dirigente reconocido.
El
poder político es uno de los dieciséis elementos de poder o capacidad organizativa
de una comunidad. Cuanto más poder e influencia política tiene, más fácilmente
conseguirá las cosas que desea.
Un
activista debe ser capaz de identificar los diferentes tipos de líderes de una comunidad.
Algunos tendrán una autoridad tradicional o burocrática, otros poseerán carisma
personal. Cuando se trabaja con una comunidad, el animador debe ayudar a desarrollar
el sistema existente de poder y decisión, con el fin de promover la unidad y la
toma de decisiones de grupo que beneficien a la comunidad en su conjunto y no sólo
a algunos interesados.
Al
principio de la historia humana, el liderazgo (poder e influencia)era difuso, temporal
y mínimo. En una pequeña banda de recolectores o cazadores, el líder podía ser
cualquiera que sugiriera u organizara una cacería. En estas bandas pequeñas no
había jefes, ancianos o reyes. Los antropólogos las denominan «acéfalas» (sin
cabeza).
Al
progresar la historia, los sistemas políticos se hicieron más complejos, y el poder
y la influencia se incrementaron hasta afectar a un mayor número de personas. Los
niveles de sofisticación y jerarquía se multiplicaron: de grupos acéfalos, bandas
y tribus a reinos y estados.
En
las bandas más simples hay poca diferencia entre la cantidad de poder e influencia
del líder y la del miembro de menor rango. Nada comparable a la diferencia entre
el poder que tiene el presidente de Estados Unidos y el conserje de un hostal barriobajero
de Washington.
Todas
las comunidades tienen algún sistema político, y existe cierta distancia entre
los más altos y más bajos niveles de poder de las personas o los grupos. La primera
tarea del activista es entender cómo funciona, cómo se distribuyen el poder y la
influencia (no siempre es igual) y qué cambios se están produciendo.
El
activista tendrá cierta influencia en la distribución del poder cuando induzca
a la formación de un comité de desarrollo. Y será responsable de impulsar un incremento
en la complejidad política si ese es el primer comité de ese tipo en la comunidad.
La
dimensión institucional de la comunidad:
La
dimensión institucional o social de la comunidad se compone de las formas en las
que la gente se relaciona con los demás, reacciona y espera que otros actúen y
se relacionen. Incluye instituciones como el matrimonio y la amistad, papeles como
el de madre o policía, estátus y clases y otros patrones del comportamiento humano.
La
dimensión institucional de la sociedad es lo que muchas personas relacionan con
la palabra «sociología». Pero sólo es una de las seis dimensiones de la organización
social (cultura).
Esta
dimensión tiene que ver con la forma en la que la gente actúa en relación a los
demás, sus expectativas, sus suposiciones, sus juicios, predicciones, repuestas
y reacciones. Estudia los patrones de relaciones que en ocasiones se identifican
como roles y estatus, y la formación de grupos e instituciones que derivan de dichos
patrones.
Una
«suegra», por ejemplo, es tanto un papel (con un estatus) como una institución.
En una comunidad, la organización social es la suma total de todas estas relaciones
y patrones.
La
complejidad o el nivel de organización, el grado de división del trabajo, la variedad
de papeles y funciones es otro de los dieciséis elementos de fuerza o capacidad
organizativa de una comunidad. Cuanto mayor y más eficiente es la organización
de una comunidad (y el activista puede ser una gran ayuda), más capacidad tiene
para conseguir sus objetivos comunales u organizativos.
Al
igual que en las otras dimensiones, a lo largo de la historia, la tendencia general
ha ido de simple a complejo. En las sencillas sociedades primitivas, la familia era
la comunidad y la sociedad. La familia definía los papeles y estatus. A medida que
las sociedades se hicieron más complejas, las familias se hicieron también más
complejas y se establecieron y reconocieron relaciones no familiares. Más adelante,
la familia perdió importancia entre los numerosos tipos de relaciones.
Cada
vez que se crea un nuevo rol, con sus deberes, responsabilidades, derechos y patrones
de comportamiento, la sociedad se hace más compleja. Si se promueve la formación
de un comité de desarrollo, con sus funciones y miembros oficiales, la comunidad
se habrá convertido en algo mucho más complejo.
Una
pequeña comunidad rural sin hospitales ni escuelas está probablemente compuesta
por residentes que se relacionan entre ellos por descendencia o matrimonio. Si el
activista estimula a esa comunidad para que construya una escuela u hospital, con
profesores o médicos asalariados (normalmente forasteros), estará incrementando
la complejidad social de dicha comunidad.
En
este sentido, quiza es igual de sencillo introducir cambios en la dimensión social
y en la tecnológica (menos que en otras dimensiones, sobre todo en las dos últimas).
Al igual que en todas ellas, el cambio en la dimensión social tendrá efectos en
cada una de las demás.
Para
que el activista tenga éxito, debe conocer cuáles son las instituciones locales,
qué diferentes papeles desempeñan hombres y mujeres, y cuáles son las formas principales
de interacción social.
La
dimensión estética o de valores de una comunidad:
La
dimensión estética o de valores de una comunidad es la estructura de ideas, a veces
paradójica, incoherente o contradictoria, que tiene la gente sobre el bien y el
mal, lo bonito y lo feo, lo bueno y lo malo, es decir, la forma de justificar sus
acciones.
Los tres ejes principales de los juicios humanos dependen de los que aprenden en
su infancia. Se juzga lo que es bueno o malo, lo que está bien on mal, lo que es
bonito o feo, siempre basándose en valores sociales y comunitarios.
Estas
nociones no se adquieren a través de la genética, sino por medio de la socialización.
Esto implica que pueden reaprenderse, que podemos cambiar nuestros juicios. No obstante,
los valores de una comunidad son extremadamente difíciles de cambiar, sobre todo
si los residentes perciben un intento de cambiarlos. De hecho, cambian cuando evolucionan
los patrones comunitarios, pero ese cambio no puede acelerarse ni se debe dirigir
con influencias externas o manipulación consciente.
Los
estándares comunitarios son importantes en la identidad comunitaria y personal:
quién es cada uno depende sobre todo de los valores en los que cree. El grado en
el que los miembros de la organización o comunidad comparten los valores y respetan
los de los demás, es un componente importante de los dieciséis elementos de fuerza
y capacidad.
Los
valores tienden a cambiar cuando la comunidad se hace más compleja, más heterogénea
y más conectada con el mundo. Los cambios en los valores suelen ser un resultado
de los cambios en la tecnología y en la organización social, no de los intentos
por persuadir o defender los cambios directos.
No
parece haber una dirección general del cambio en la historia humana, como que los
juicios se vuelvan más liberales, más tolerantes, más católicos, más eclécticos
─o menos─ a medida que las sociedades se hacen más complejas y sofisticadas.
Las comunidades de cualquier extremo del espectro social muestran patrones de distintos
niveles de rigidez. A pesar de tanta variación, el margen de valores entre los residentes
de cualquier comunidad suele ser bastante estrecho. Las comunidades urbanas y más
heterogéneas tienden a mostrar una variación más amplia en sus estéticas y sus
valores.
Para
un activista, no es fácil predecir los valores estándar de cualquier comunidad
antes de vivir ahí, y tampoco lo es descubrir cómo actuar en ella. No obstante,
a causa de su importancia, es necesario que el activista sepa tanto como sea posible
sobre los patrones de esa comunidad y no suponga que serán los mismos que los de
su comunidad de origen.
Aunque
la introducción de nuevos servicios e instalaciones en una comunidad acabará por
conducir a cambios en los patrones comunitarios, debe ser evidente que cualquier
cosa que proponga un activista encaja dentro de los conjuntos de valores comunitarios
predominantes. Siempre que que un activista introduzca nuevas formas de hacer las
cosas en la comunidad, los valores preponderantes ─por contradictorios y variados
que sean─ deben respetarse.
La
dimensión de creencias o conceptos de una comunidad:
La
dimensión de creencias o conceptos de una comunidad es otra estructura de ideas,
también contradictoria a veces, que la gente tiene sobre la naturaleza del universo,
el mundo que le rodea, su papel en este, las causas y efectos, y la naturaleza del
tiempo, la materia y el comportamiento.
En
ocasiones se piensa que esta dimension es la religión de la gente. Lo cierto es
que se trata de una categoría más amplia que abarca también creencias ateas, como
por ejemplo, la de que el hombre creó a Dios a su imagen y semejanza. En esta dimensión
se incluyen creencias compartidas sobre cómo se formó el universo, cómo funciona
y qué es en realidad.
Cuando
el activista deja caer un lápiz en el suelo, demuestra que cree en la gravedad.
Cuando dice que el sol sale por las mañanas (en realidad no es cierto, es la tierra
la que gira), expresa una arcaica visión del mundo.
Si
se tiene la impresión que el activista está atacando las creencias de la gente,
se encontrará con trabas a su trabajo, oposición a sus objetivos y fracaso como
activista. Ya quiera oponerse a las creencias locales o no, debe parecer que no desea
cambiarlas.
A
lo largo de la existencia del hombre, la tendencia general del cambio ha sido la
disminución del número de deidades, y una reducción del espacio sagrado-profano
en favor del espacio secular. De un politeísmo local con muchos dioses, los humanos
pasaron a un politeísmo con pocos dioses, después al monoteismo (un sólo dios)y
de ahí a un incremento de la proporción de personas que no creen en ningún dios.
En
la experiencia humana, parace que los grupos con dioses locales tradicionales tienden
a ser más tolerantes con otros dioses que las religiones llamadas «universales»,
ya que todas estas dicen ser la única en posesión de la verdad. A causa de las
religiones ha habido grandes guerras (no deja de ser una ironía que la mayor parte
de las religiones pidan paz y tolerancia), lo que debería advertir al activista
del fervor con que la gente está dispuesta a defender sus creencias.
El
activista debe conocer, estudiar y ser consciente de cuáles son las creencias predominantes
en la comunidad. Para ser una catalizador efectivo del cambio social, el activista
debe hacer sugerencias y promover acciones que no ofendan a estas creencias predominantes,
y que sean coherentes ─o al menos adecuadas─ con las creencias y conceptos existentes
sobre el funcionamiento del universo.
El
factor humano y la fortaleza comunitaria
Una
de las ventajas de elegir el método del Factor Humano para entender la sociedad
y la cultura es que este sistema considera a la persona en su conjunto, incluyendo
las características espirituales así como las tecnológicas, económicas, políticas,
sociales y evaluativas.
A
su vez, esto apoya el uso de seis dimensiones culturales en la investigación y análisis
de la sociedad y la cultura. Estas seis dimensiones son la tecnológica, económica,
institucional, ideológica y la vision del mundo. Las seis dimensiones son muy útiles
para organizar material etnográfico, enseñar la naturaleza de la cultura y desarrollar
estrategias de investigación. (5)
El
desarrollo comunitario y la potenciación comunitaria, que pertenecen al campo de
la sociología aplicada, no pueden tener éxito sin el factor humano. Una comunidad
es una institución social, forma parte de una cultura y consiste en las ideas y
el comportamiento de los seres humanos. Su desarrollo y fortalecimiento debe hacerse
en el contexto de los seres humanos que constituyen la comunidad. Igual que el factor
humano considera el conjunto de la persona, la potenciación comunitaria debe considerar
el conjunto de la comunidad.
Human Factor and Community Empowerment
Phil Bartle, Founder, Community Empowerment Collective Victoria, Columbia Británica
Abstract
Community Empowerment, a special methodology for strengthening communities, starts with the idea that capacity can not be built (social engineering), but the community can be stimulated to develop itself. Community is an institution and part of culture, ideas and actions learned by humans, and therefore different than the humans who do the learning. Work in the field reveals that strength of a community is based on sixteen factors of strength. These are described and shown to belong to the six dimensions of culture, and therefore part of the Human Factor approach which considers the whole person.
Le factor humain et le renforcement des communautés
Phil Bartle, Fondateur, Community Empowerment Collective Victoria, British Columbia
Abstrait
Community Empowerment, une méthodologie pour renforcer le communautés, part de l’idée que la capacité ne peut pas être construite dans une communauté (par l’ingénierie sociale), mais qu’une communauté peut être stimulée à se développer par elle-même. La communauté est une institution et fait parti de la culture, des idées et des actions appris par les humains, et c’est pourquoi elle est différente des humains qui l’ont appris. Le travail sur le terrain indique que la force d’une communauté est basée sur seize facteurs de force. Ils sont décrits et il est démontré qu’ils appartiennent aux six dimensions de la culture, et par conséquence font parti de l’approche du facteur humain qui considère la personne entière. (Johanne Lemaire)
Der ganzheitliche Ansatz „menschlicher Faktor“ in der Stärkung der Gemeinschaft
Phil Bartle. Gründer des „Community Empowerment Collective“ Victoria, British Columbia
Abstract
Community Empowerment, eine spezielle Methode zur Stärkung der Gemeinschaft, beginnt mit der Idee, daß man Kapazität nicht herstellen kann (etwa durch Social Engineering), sondern daß die Gemeinschaft angeregt werden kann, um sich selbst zu entwickeln. Die Gemeinschaft als Institution besteht aus Kultur, Ideen und Handlungen, die von Menschen gelernt werden, und deshalb ist sie verschieden von den Menschen, die sie lernen. Feldforschung zeig, daß die Stärke einer Gemeinschaft auf sechzehn Stärkefaktoren baut. Diese Faktoren werden beschrieben und es wird gezeigt, daß sie zu den sechs Dimensionen von Kultur gehören; somit auch teil des ganzheitlichen Ansatzes „menschlicher Faktor“ sind. (Johanne Lemaire)
Notas
1. La enculturación y la socialización se describen en la web de Potenciación Comunitaria.
Ver: Socialización y educación
2. Esto se denomina «Perspectiva sociológica».
Ver: Perspectivas sociológicas.
3. Los dieciséis elementos de fuerza se describen en la web de Potenciación Comunitaria.
Ver: Medir el fortalecimiento.
4. Las principales contribuciones de Weber, incluyendo sus pensamientos sobre la burocracia, se listan en la web de Potenciación Comunitaria.
Ver: Max Weber.
5. Las seis dimensiones se describen en la web de Potenciación Comunitaria.
Ver: Dimensiones de la cultura
Referencias citadas
Bartle, Phil, 2005, Sociología de las comunidades, introducción. Camosun College, Victoria
Henslin, James M., Dan Glenday, Ann Duffy y Norene Pupo. 2004. Sociology: A Down–to–Earth Approach, Third Canadian Edition. Toronto: Pearson
Weber, Max, 1946, From Max Weber; Essays in Sociology. (H Gerth & C. Wright Mills, trans and ed), New York, Oxford
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© Derechos de autor 1967, 1987, 2007 Phil Bartle Diseño web de Lourdes Sada
––»«––Última actualización: 05.02.2011
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