GÉNERO Y LENGUAJE
Interfaces sociológicas
tradución de Wendy Guillén Revisión de Lourdes Sada
Folleto de adiestramiento
Hola, Dr. Phil: Tengo un proyecto por hacer y necesito ayuda. He estado buscando en su web, pero no he podido encontrar nada. Este es el tema: «¿Cómo se vincula el lenguaje al género?» Ya escribí algo, pero aún necesito algunas ideas más. Por favor, ¿puede usted ayudarme? Gracias, Nemat
En sociología, hay varias situaciones en las que género y lenguaje se relacionan.
Cuando los sociólogos estudian el proceso de socialización, no sólo estudian la forma en que cada organismo biológico, individuo humano, se convierte en un ser humano (proceso de aprendizaje), sino también cómo la sociedad y la cultura continúan reproduciéndose a sí mismas aún cuando sus portadores biológicos humanos mueren.
La hipótesis de Sapir-Whorf sugiere que a medida que aprendemos un idioma, se va configurando nuestro sentido de la realidad. Por lo tanto, se nos enseñan nuestras actitudes hacia lo que es masculino o femenino a través principalmente del proceso de aprendizaje de una lengua.
Por tanto, el lenguaje sigue siendo parte de la cultura aún después de que sus primeros hablantes mueran, y los cambios que en él se producen suelen ocurrir mucho más tarde que otros cambios sociales.
La palabra "género" (que es la diferencia social entre lo masculino y lo femenino) viene heredada de la gramática, y es diferente de "sexo" (que es la diferencia biológica entre el varón y la hembra).
Nuestra cultura tiene el gran prejuicio de que estos conceptos son polos opuestos y de que sólo existen dos categorías.
Biológicamente, eso es falso.
Hay gente que posee un cromosoma extra X o Y. Estas personas no pueden clasificarse como varón o hembra.
Sorprendentemente, las variaciones en nuestros órganos genitales son mínimas (cuando se examinan cuidadosamente), e incluso las variaciones en nuestras características sexuales secundarias son menores comparadas con nuestra estructura física, que en más de un 99% es idéntica en varones y hembras.
Con el uso de drogas específicas podemos inducir de forma alterna características sexuales secundarias.
En cambio nuestro lenguaje se ha desarrollado hasta considerar estas pequeñas diferencias como polos opuestos, varón y hembra, y categoriza a la gente de modo que si no están en un lado, tienen que estar en el otro.
Una observación cuidadosa de nuestra forma de hablar indica que hombres y mujeres utilizan distintas tonalidades de voz.
Algunos idiomas utilizan el tono (chino y akan) para variar el vocabulario.
En inglés, se utiliza para matizar la estructura formal de las frases.
Los hombres tienen mayor predisposición a utilizar tres tonos de voz, mientras que las mujeres tienden a utilizar cinco tonos en su hablar cotidiano.
Esta es una diferencia aprendida, y la gente que no es insensible a los tonos, que aprende y practica el lenguaje, aprende también a utilizar este sistema de tonos alternos.
El inglés, a diferencia de muchas otras lenguas, posee dos palabras, él y ella, pero ninguna que exprese ambos conceptos.
Esto es una variable cultural.
En mi segunda lengua, el akan twi, existe la palabra "no" que tiene ambos significados, él y ella.
En inglés no sirve la palabra "it" porque sólo se emplea para referirse a algo que no es humano.
Hay quien prefiere usar la palabra "s/he" cuando desconoce el género o puede ser cualquiera de ellos.
El amharic, la lengua principal de Etiopía, tiene dos formas para decir "tú": una femenina (anchi) y una masculina (anti).
El thai (siamés) tiene dos formas diferentes de decir "gracias", dependiendo si el interlocutor es de sexo masculino (kop-kun-krap) o femenino (kop-kun-kaa).
Además, en nuestro lenguaje podemos encontrar muchos elementos que identifican las características femeninas como de menor categoría, inferiores y serviles.
Los matices de género que adquirimos desde el momento que aprendemos nuestra lengua materna suelen ser inconscientes, pero están basados en esos giros del idioma.
Ahora hay intentos conscientes de eliminar las tendencias de género de la práctica de nuestro idioma.
Hace algún tiempo, los huracanes recibían nombres femeninos, pero ahora se les dan nombres masculinos y femeninos de forma alterna (en inglés, los barcos siguen teniendo nombres femeninos).
Sin embargo, un examen minucioso de los usos de la lengua nos indica que aún nos queda mucho por hacer.
Consulta la palabras clave
género y sexo.
––»«––
Querido Nemat: En las sociedades europeas, tu profesión de enfermero ha estado históricamente asociada al sexo femenino. Con las mujeres se asocia el elemento del cuidado de los demás. Ese no es el caso en muchas sociedades no occidentales. Durante las últimas tres décadas, ha habido un intento por conseguir un mayor equilibrio entre ambos sexos en esta profesión, lo que tiene una relación directa con los cambios en las actitudes: las enfermeras han sufrido con frecuencia un trato humillante por parte de algunos médicos de sexo masculino, que ahora resulta más improbable al existir enfermeros de ambos sexos. Phil
––»«––
Si copia algún material de este sitio, por favor, mencione al autor y ponga un enlace a
cec.vcn.bc.ca
Este sitio web se hospeda en la Red Comunitaria de Vancouver
(VCN)
|