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por Phil Bartle, PhDtraducción de Mª Lourdes Sada4. Los modelos docentes no deben inspirarse en las escuelas para niños: Cuando hacemos algo, como enseñar, utilizamos con frecuencia modelos de comportamiento. A veces obtenemos estos modelos deliberadamente de arquetipos ─ancianos u otro tipo de gente merecedora de respeto─ que queremos emular conscientemente. Otras veces ni siquiera somos conscientes de que estemos usando modelos, y simplemente hacemos lo que intuitivamente parece «correcto» hacer. Esto se basa en suposiciones propias y ajenas sobre lo que es y lo que deberíamos hacer. No obstante, si nuestra única experiencia con el aprendizaje, y en especial con la alfabetización, es la escuela, existe el peligro de que estemos usando la escuela como nuestra única fuente de modelos para enseñar alfabetización. Tenemos que hacer un esfuerzo para recordar cómo se hacen la cosas en la escuela, y excluir cuidadosamente las que no sean adecuadas para los adultos y las que puedan obstaculizar su alfabetización, como por ejemplo: insistir en la disciplina, dar órdenes a los estudiantes, asumir que el profesor siempre tiene razón, actuar como fuentes de sabiduría y conocimiento. En algunas escuelas, aunque no en todas, los profesores insultan a los alumnos delante de sus compañeros, les aplican castigos físicos, les hablan de forma arrogante y autosuficiente, les critican y les menosprecian. Aunque, por fortuna, actualmente muchos de estos comportamientos por parte de los profesores están desapareciendo de las escuelas en todas partes del mundo, deben ser evitadas meticulosamente en la alfabetización de adultos. Considere formas alternativas de trabajar codo con codo con los participantes. No dé clases; en su lugar ponga en marcha talleres para discutir sugerencias y planificar actividades, y organice salidas y proyectos para llevar a cabo estas actividades. El modelo que aquí se sugiere va a tener dos tipos de sesiones. El primer tipo sería como una reunión. No debe llamarse clase, aunque utilice un aula como local. Una «reunión» puede utilizarse para identificar lo más necesario o el grado de alfabetización que ya tienen algunos participantes, para generar ideas para proyectos de aprendizaje, para planificar este proyecto, y para poner en marcha actividades derivadas de las salidas para estos proyectos. El segundo tipo de sesión sería una «salida» o «proyecto» que el conjunto de los participantes diseñará en el primer tipo de sesión. Puede ser una excursión al puerto para escribir los nombres y precios del pescado que llega. O un paseo por el mercado para hacer lo mismo con las mercancías que en él se venden. Puede ser un viaje a un Kraal (poblado) para identificar ganado. Puede ser una excursión a una explotación agrícola para identificar cultivos. Puede ser una visita a una cocina para identificar utensilios o recetas. Puede ser una visita a una obra para identificar herramientas, oficios o procesos de construcción. Anime a sus participantes a ser creativos, recordando que el contenido debe ser adecuado a sus situaciones. Todo esto requiere un alto grado de colaboración por parte de los participantes. Al «hacer» estas cosas –planificar, implementar y poner en marcha una actividad (salida, proyecto)– están haciendo el esfuerzo necesario (que deben hacer) para fortalecerse. No tome las decisiones por ellos; cuando deciden por ellos mismos se fortalecen en la toma de decisiones. Se hacen más fuertes, más poderosos. Sus participantes no son escolares y no son niños; son sus iguales y socios en una empresa difícil y honrosa. Nunca lo olvide, y compórtese siempre con ellos en consecuencia. ––»«––Notas sobre todo lo anterior (documento largo) Volver a la lista de principios Volver al folleto de principios © Derechos de autor 1967, 1987, 2007 Phil Bartle
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