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CONSEJOS DE ADIESTRAMIENTO PARA LA GESTIÓN
Dedicado a Gert Lüdeking
Folleto de taller
Una pequeña lista de consejos para mejorar la gestión
- Nos hace falta (al grupo comunitario) perspicacia. La comunidad debe decidir, en conjunto, qué es lo que quiere hacer. Hay muchas metas posibles, pero la comunidad debe estar unida y escoger lo que quiere. Los instructores pueden utilizar las palabras del libro «Alicia en el país de las maravillas» para ilustrarlo: «Si no sabemos a dónde vamos, cualquier camino sirve» (Lewis Caroll). Sin una visión de dónde quiere ir la comunidad, lo mismo da que se quede donde y como está (con su apatía, enfermedades y contrariedades) en este momento.
- Una vez que se haya elegido una meta y una dirección, es necesario tomar decisiones para planificar cómo conseguir o cómo acercarse a ese objetivo. Esto se puede ilustrar durante el adiestramiento con una frase pegadiza: «si fallamos el plan, es que estamos planeando fallar» (ver también proverbios). Si el éxito se puede definir como la consecución del objetivo, es necesario planificar para lograr esa meta. (Por supuesto, la meta, o su interpretación, puede cambiar a lo largo del proceso para conseguirla, y también después de lograrla)
- El instructor puede recordar al grupo que la planificación es una serie de procesos bien pensados que llevarán al grupo desde donde (o como) están ahora hasta donde (o como) pretenden estar cuando se consiga la meta. Estos procesos bien pensados deben ser lógicos y coherentes, y conducir de la situación actual al resultado deseado para el futuro. El instructor puede señalar que «planificamos hacia atrás en el tiempo (comenzamos por el final y acabamos por el principio)». Comience a planificar identificando dónde queremos ir, después pregunte qué pasos se deben dar para llegar ahí. Cada paso desde la situación actual tiene que estar vinculado lógicamente con el siguiente hasta que se llega al último.
- Durante el proceso de identificación y selección de estrategias, se estimula al grupo para que utilicen de la mejor manera, de la forma más eficiente y efectiva, lo que tienen para conseguir lo que quieren. No se debe rechazar la eficiencia, aunque tiene muchas interpretaciones posibles. La eficiencia se puede definir como «la capacidad de lograr el máximo rendimiento con la mínima base (maximizar la eficiencia)». Una frase fácil que lo ilustra es: «no trabajes duro: consigue resultados» Aquí el valor del elogiado «trabajo duro» (los medios para comenzar) se demuestra menos importante que el producto de ese trabajo (el final o el resultado). No es nuestra intención animar a la holgazanería, sino estimular la utilización de recursos (incluido el trabajo personal de cada uno) de forma inteligente, y en consecuencia (en este contexto) de forma eficiente.
- Un proceso de toma de decisiones participativo y comprometedor puede sacar a la luz recursos ocultos que podrían perderse al tomar la decisiones de manera dictatorial. El instructor enseña a «implicar a todo el mundo en las decisiones». Un ser humano (imperfecto), aunque sea el jefe o el dirigente, tiene menos información, experiencia y sabiduría que el total del grupo afectado, incluyendo los más callados y los humildes. En términos de democratización, todos los miembros de la comunidad tienen derecho a participar; para maximizar la fuerza de una comunidad, la identificación de la mayor parte de sus recursos, el descubrimiento de estrategias creativas que se han pasado por alto con anterioridad, implicando en ello a todo el mundo, es bueno para una gestión sensata.
- El instructor debe recordar a la comunidad que su intención tiene que ser «mantenerse por sí mismos». La dependencia y la subordinación a la ayuda, los recursos e incluso la orientación externa, es sencillamente insostenible (los forasteros se marchan al cabo de un tiempo), además de causar una debilidad que hace vulnerable. Estimule a autosuficiencia: es una de las obligaciones y derechos de la comunidad. Otra frase que se puede utilizar aquí es: «si culpas a los demás renuncias a tu derecho a cambiar» (Ray Anthony). El instructor no debe dejarse engañar por el pretexto clásico para la dependencia, «somos muy pobres y necesitamos ayuda exterior». Todos (absolutamente todos) los grupos o comunidades, no importa lo pobres que sean, si están compuestas de personas vivas, tienen recursos que se pueden poner al descubierto, muchos de los cuales están ocultos. La auténtica pobreza está en ignorar que existen, no en su ausencia.
- No hay comida gratis (nada por nada). El trabajo voluntario y las donaciones públicas se deben pagar, aunque no sea en dinero. Este pago puede ser en forma de reconocimiento publico, estímulo, elogios o agradecimiento. Los instructores de gestión en las corporaciones han señalado que incluso el trabajo remunerado no participa totalmente ni da el mayor rendimiento sólo en base a los salarios o pagas: el reconocimiento, los elogios y el estímulo son imprescindibles para conseguir los mejores resultados tanto en el trabajo voluntario como en el remunerado. Agradezca las contribuciones, elogie honestamente, enfatice lo positivo, ignore lo negativo, no critique.
- No podemos quedarnos quietos. Si no vamos hacia delante, nos deslizaremos hacia atrás. La sociedad humana es dinámica, siempre está cambiando. Es imposible resolver un problema «de una vez y para siempre» (eso es una falacia). Lo que hoy es la solución de un problema, si continuamos recurriendo a ella, puede ser el problema mañana.
Por supuesto, hay muchas otras lecciones y principios en adiestramiento para la gestión. Esta página web no puede describirlos o listarlos todos. Le invitamos a que identifique más. Cuando lo haga, añádalos a su su colección personal de trucos profesionales de movilización, y compártalos con nosotros y con sus colegas.
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Acción comunitaria: Construcción
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––»«––Última actualización: 13.04.2011
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