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EVALUACIÓN PARTICIPATIVAEPR, ERP e inventario de la comunidad; guiar y estimular a la comunidad para que mire a sí mismapor Phil Bartle, PhDtraducción de Mª Lourdes SadaDocumento central del móduloCómo estimular la participación en la estimación, valoración y evaluación de una comunidad por parte de sus miembrosEvaluación participativa: Una de las mayores responsabilidades que tiene como activista comunitario es asegurarse de que los miembros de la comunidad la valoran y evalúan con exactitud, catalogando sus diferentes problemas y evaluando las disparidades en las prioridades comunitarias para su solución. Sin un objetivo y una evaluación colectiva común, los diferentes miembros de la comunidad tendrán ideas diferentes de lo que es más o menos importante, y muchos de ellos continuarán imaginando mitos y haciendo presunciones erróneas. Esto contribuye a la desunión, y obstaculiza el que las acciones sean transparentes y efectivas, ambas cosas necesarias para aumentar la autosuficiencia y reducir la pobreza. Esto significa que usted, como activista, necesita aprender técnicas para estimular y animar a la participación, y debe adiestrar a los miembros de la comunidad para que entiendan los principios y los conceptos de la participación en la estimación, valoración y evaluación. Cuando llegue a una etapa posterior en el ciclo de movilización, el diseño del proyecto, debe determinar cuál es el problema principal que hay que solucionar. Tiene que haber acuerdo y consenso entre los miembros de la comunidad sobre que el problema elegido para ser solucionado es el que tiene la mayor prioridad. Sin organización para la unidad y una evaluación comunitaria objetiva, no se dará el acuerdo necesario sobre qué tarea debe acometerse en primer lugar. Sin esta participación de la comunidad en la evaluación, las diferentes facciones tendrán diferentes prioridades. Los miembros mas instruidos de la comunidad verán problemas diferentes a los que verán los miembros más ignorantes. Los hombres y las mujeres tendrán puntos de vista diferentes. Los terratenientes verán diferentes problemas que los arrendatarios o los ocupas. Los grupos de distinta edad, etnia, lengua o religión no van a llegar a un acuerdo automático sobre los problemas prioritarios, porque ven el universo desde diferentes perspectivas, y tienen sistemas de valores distintos. Hacer un mapa: Una buena forma de comenzar el proceso de valoración es organizar una sesión de trazado de mapas. Designe un día o una tarde para preparar el mapa. Pida la asistencia de todos los miembros de la comunidad que puedan. Cuando hayan llegado todos, dé una vuelta por el pueblo o la vecindad. No ande simplemente por el perímetro del área, atraviésela por tantas vías como sea necesario para que todo el mundo pueda ver todo lo que hay entre ellas. Según vaya andando, observe las cosas, discútalas y márquelas en el mapa. Como activista, su tarea consiste en mantener la discusión cuando no continúe de forma espontánea. El trazado del mapa, como proceso de grupo que incluye la discusión y la elección de lo que se debe marcar, es tan importante, si no más, que el mapa en sí. Dibuje en el mapa los edificios grandes, carreteras e instalaciones (letrinas, puntos de agua, parques, templos, vertederos). Incluya también las observaciones sobre las instalaciones que están en mal estado, en ruinas o no funcionan. Asegúrese de discutir cada uno de estos puntos conforme los marca en el mapa. Esto ayudará a limitar la oposición y las contradicciones en una fase más avanzada de la valoración; contribuye a la « transparencia» del proceso. Al final del paseo por el pueblo o vecindad, todo el mundo debe reunirse ( en la escuela, por ejemplo) para discutir lo que se ha hecho y finalizar el mapa. Este informe es importante porque contribuye a la transparencia que usted pretende promover, y que ha comenzado con las discusiones de cada problema que se marcaba en el mapa. Ahora ya se puede utilizar el mapa en la siguiente fase de la valoración,el inventario del pueblo o la vecindad. Inventario de la comunidad: El mismo día del trazado del mapa, o lo más pronto posible después de hacerlo, es el momento de hacer el inventario de la comunidad. Es importante que el inventario se haga de una forma participativa, los miembros de la comunidad participan en la elaboración del inventario. Evite hacer el inventario por ellos, esto desbarata su propósito. En este punto será útil, en su papel de activista e instructor, renovar los principios y técnicas utilizadas en la tormenta de ideas. No tolere el lenguaje grosero y las reacciones virulentas. Escriba todas las contribuciones en la pizarra, se estudiarán y ordenarán más tarde como ejercicio de grupo. Asegurese que se concede la palabra por el sistema de manos alzadas (evite que sean siempre los mismos los que den las ideas), acepte contribuciones aparentemente contradictorias (escriba todas las sugerencias en la pizarra ) y al final, insista en que esto es un producto del grupo, no el de una o varias facciones o individuos. Sea consciente de que los grupos o facciones diferentes tendrán preocupaciones distintas. El director de la escuela local pensará que lo más importante es un colegio nuevo. Los hombres tendrán como prioridad el suministro de fertilizantes, mientras que las mujeres considerarán primordial el suministro de agua potable. La mayor preocupación del imán local será la construcción de una nueva mezquita, mientras que otros particulares o facciones verán necesidades más urgentes. Por esto, consultar sólo a algunos líderes comunitarios para determinar las prioridades comunales conduce a error. Un proceso de grupo, que comprometa a tantos miembros de la comunidad como sea necesario, es más transparente, y tendrá como resultado una valoración mas exacta de las necesidades del conjunto de la comunidad. Para animar a la objetividad, sugiera que el inventario de la comunidad incluya tanto los bienes como los problemas. Si una letrina limpia y bien cuidada es un bien valioso, inclúyala, no sólo las que estén en mal estado. Refiérase al mapa. Péguelo en la pared. Pregunte qué bienes y propiedades comunales se han observado durante el proceso de trazado del mapa. ¿Por qué este nombre? Habrá visto que se utiliza el acrónimo ERP (PRA) ─ o a veces EPR (PAR)─ en referencia a este método participativo de valorar los recursos y problemas de una comunidad. Existen varias interpretaciones y definiciones. Hace tiempo, había un método llamado VRR, valoración rural rápida. En esencia, se utilizaba cuando una agencia de asistencia contrataba a un especialista extranjero muy bien pagado, que aparecía por el lugar, se quedaba unos días en el hotel de cinco estrellas más próximo y escribía una valoración de las necesidades de la comunidad que la agencia podía utilizar para justificar su proyecto. Como mucho, el especialista consultaba a algunos de los líderes de la comunidad antes de escribir su informe final. En oposición a este sistema «de arriba a abajo», resultaba más evidente (sobre todo a los trabajadores comunitarios ) que una valoración de este tipo sería más fidedigna si fuera más participativa y menos rápida. Es más, los sociólogos señalaron que cuando los miembros de la comunidad se implicaban más en la toma de decisiones desde el primer momento, también estaban más dispuestos a asumir la responsabilidad del proyecto, y por lo tanto, a contribuir a su mantenimiento y al cuidado de la instalación. Cuando toda la comunidad intervenía, el proyecto tenía mayor validez que si sólo se consultaba a unos cuantos de sus representantes o líderes. Se acuñó un nuevo acrónimo, ERP. Este acrónimo es más consistente con lo que las letras representan: Evaluación Rural Participativa, investigación y valoración participativa. Lo que tienen en común es que el proceso debe ser participativo. Algunos intentaron evitar la plétora de interpretaciones de ERP y acuñaron un nuevo acrónimo, EPR. Éste también ha sufrido interpretaciones de todo tipo, pero el punto consistente en cualquier caso es que ambos (EPR, ERP) ponen énfasis en la participación. La idea esencial de todo esto es que el proceso de valoración tiene que ser participativo, y que la participación debe implicar a toda la comunidad, no solamente a algunas facciones, para que la valoración de las necesidades y potenciales refleje realmente al conjunto de la comunidad. ¿Información de quién? Quizás oiga, sobre todo de los directivos de proyectos no orientados a una comunidad (ingenieros, planificadores centrales) que la valoración de la comunidad es innecesaria. «Ya tenemos un estudio base del sector social, ¿por qué duplicarlo con un inventario del pueblo?» es una queja típica. A lo mejor le llaman para defender esta parte de su trabajo, especialmente si usted forma parte del proyecto específico para un sector (como un suministro de agua). A los directivos les urge tener resultados físicos (la construcción de la fuente) y esta evaluación participativa lleva su tiempo. La información recogida en el trazado del mapa y el inventario por la comunidad puede duplicar o no la información que provenga de otras fuentes. Es un error suponer que la información es primordialmente para el proyecto o para que la agencia haga planes. El propósito del proceso de evaluación es implicar a toda la comunidad en la toma de decisiones, y animar a sus miembros a que asuman la responsabilidad de cualquier prestación o servicio que se instale en el futuro. Dicho esto, la información que se obtiene es muy útil como complemento a la que viene de otras fuentes (estudios de lineas básicas, datos del censo, otros informes) para conseguir una imagen fiel de la situación real. Como activista, contribuirá a la reducción de la pobreza y al fortalecimiento de la comunidad si suministra esta información a su agencia o proyecto, a las autoridades locales, funcionarios de los gobiernos central y regional, especialmente a los que se ocupan de planificación, desarrollo comunitario y gestión. Adiestramiento de los miembros de la comunidad: En las comunidades que se caracterizan por su extrema pobreza y una gran cantidad de marginados entre sus habitantes, es fácil encontrar que las personas que las componen no están familiarizadas con la toma de decisiones comunitarias. Más aún, muchos de ellos no habrán hecho nunca un mapa ni un inventario e incluso una buena parte no sabrán leer ni escribir. Necesitan estos conocimientos para participar en la toma de decisiones que lleve al fortalecimiento de la comunidad. En este caso, el adiestramiento clásico no es la respuesta. Usted, como activista, va a familiarizar a los miembros de la comunidad con todo esto simplemente con sus actuaciones. Y lo que es más importante, el estímulo a que participen avivará la confianza en sí mismos y les motivará para contribuir en el desarrollo de su comunidad. En este proceso, recuerde que los miembros de la comunidad están adquiriendo nuevos conocimientos, y asegurese de que su trabajo sea transparente. Los conocimientos que necesitan los miembros de la comunidad para llevar a cabo una valoración no son ni sofisticados ni difíciles. Normalmente, los miembros de la comunidad están deseosos de comprometerse con el proyecto, y en el proceso, aprenderán los conceptos con facilidad. Su tarea consiste en facilitarles este aprendizaje. La participación de los miembros de la comunidad en la valoración va mucho más allá de la preparación de los cimientos para la acción comunitaria. El resultado de su evaluación puede ser utilizado como punto de partida para medir el progreso, y por consiguiente, como elemento de supervisión y evaluación basados en la comunidad. ¿Desde aquí hasta dónde? Este documento le explica cómo estimular la participación en la estimación, valoración o evaluación de una comunidad por sus miembros. A lo largo de todo su trabajo, la participación de los miembros de la comunidad, mejor todos que sólo unos pocos o algunas facciones, debe continuar siendo estimulada y reactivada. Aunque un enfoque participativo, en el que el instructor actúa más como moderador que como conferenciante, es generalmente el mejor en cualquier actividad de adiestramiento, la metodología del ERP no debe ser aplicada ciegamente en todas la áreas. Por ejemplo, donde hagan falta conocimientos específicos, sobre todo si ya han sido identificados por los participantes, puede ser más apropiado emplear otros métodos, como demostraciones, presentaciones y diálogo. Dicho esto, se debe hacer hincapié en dejar a los alumnos aprender experimentando. Ver el ensayo de Kamal Phuyal «El porqué de la ERP» y el de Doreen Boyd «Lista de beneficios de la ERP». Para una discusión más detallada sobre este tema, ver las páginas de Robert Chambers. ––»«––Trazado de un mapa comunitario: © Derechos de autor 1967, 1987, 2007 Phil Bartle
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