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Antepasados IMuerte y más allápor Phil Bartletraducción de Mª Lourdes SadaEn contraste con los dioses, que se ocupan de la salud, la fertilidad y el bienestar, los antepasados, puesto que estaban vivos como jefes y ancianos, se ocupan del poder, de dirimir disputas, del protocolo y de la organización política. La palabra «saman» significa fantasma. La forma respetuosa de dirigirse a los antepasados cuando se ofrece una libación es «Nananom Nsamanfo » (nana = abuelo, nom = plural, fo = gente). La mayoría de las libaciones (rezos) invocan al Ser Supremo, la Madre Tierra, los dioses y los antepasados. Los Dioses pueden nombrarse o no, y los antepasados, su linaje materno o el nombre de su clan materno pueden estar identificados o no. La libación más corta que he oído, cuando se bebe vino de palma, al enjuagar los posos y oír el sonido que hacen al caer en el suelo, es «Aso ». Homenaje a la muerte y los antepasados Estar muerto no es requisito suficiente para ser un antepasado. Muchos eventos y condiciones de tu vida afectan tu estatus tras la muerte. Cuanto más alto sea tu estatus en vida, más solemne será tu funeral. Normalmente, cuanto más solemne es un funeral, mayor estatus se tiene después de muerto. La importancia de un funeral depende del estátus durante la vida. La desigualdad es un hecho vital en la sociedad akan. No tiene porqué tener relación con la producción, pues la tierra, factor clave de la producción agrícola, pertenece a las corporaciones matrilinieales. Es estátus en la sociedad de una persona depende en gran parte del número de hijos que tenga. Dentro de cualquier linaje, algunos miembros serán sacralizados, se considerarán poseídos por sus propios antepasados, y se les llamará ancianos. Los linajes, a su vez, varían en estátus, poder y riqueza. El funeral de un jefe es solemne, majestuoso y elaborado. El funeral de un anciano de un linaje menor también es solemne, pero no tanto. De forma similar, una persona que sea כkomfo (sacerdote o sacerdotisa) de una deidad tutelar tendrá un funeral solemne y elaborado. Una persona puede ser muy popular durante su vida, altruista, fiable, generosa, un bienhechor de la comunidad o sociedad. Su funeral será importante, incluso si su estátus no fuera tan alto. De forma similar, las personas con profesiones u ocupaciones no tradicionales (modernas) son muy respetadas – doctor, profesor, miembro del parlamento – y sus funerales serán más solemnes y elaborados. En la base de la jerarquía se sitúan los niños que mueren a los pocos días de su nacimiento (niños tarro). Se considera que son espíritus traviesos y gamberros, y para ellos no hay funeral. A sus padres no se les permite llorar o afligirse. En su lugar, se anima a los padres a alegrarse por haberse deshecho de ese mal espíritu, se les da una comida y se les pide que «di » (palabra que significa tanto comer como tener relaciones sexuales) – que sigan con su vida y produzcan más niños. Funerales Los grandes funerales sirven para más que llorar al fallecido y ayudarle en su camino a la tierra de los muertos. Los funerales son también la ocasión para que una gran cantidad de gente vuelva a su ciudad de origen. Por tanto, es un momento propicio para que los jóvenes conozcan a otros jóvenes, para entablar relaciones y en su caso, encontrar pareja para casarse. En Obo, durante un funeral Los funerales cumplen funciones sociales muy importantes aparte del duelo y del rito de paso. Un gran número de miembros de la comunidad dispersa vuelven a su ciudad de origen, y así se convierten en una buena ocasión para encontrar pareja y amigos. Las relaciones entre viejos amigos – personas y linajes – se refuerzan. Se resuelven disputas menores. Se fraguan y sellan acuerdos comerciales. Colores de funeral En mi artículo Tres almas explico la cosmografía de los tres colores básicos: rojo, negro y blanco. Los participantes vivos en un funeral no llevan blanco, pues significa alegría, y se utiliza para celebrar el éxito de un rito de paso. El cadáver se viste normalmente de blanco, o de colores brillantes que pertenezcan a la categoría blanca (como kente), para simbolizar el éxito del cambio de estátus. El cuerpo puede estar también cubierto de polvo blanco, como un כkomfo , en previsión de que sea poseído por un dios. Ropa de funeral Cuando se ve a la mayor parte de la gente vestida de rojo o negro, o de colores oscuros (naranja oscuro, marrón, y algunos tonos de rojo), podemos estar seguros de que se lleva a cabo un importante funeral. Llevando el féretro Si mientras llevan el ataúd los portadores sienten que hay un tirón hacia alguna dirección, lo siguen. Si entonces el féretro se mueve hacia alguna persona en concreto, se sospecha que esa persona ha matado al difunto, normalmente por medio de brujerías. Joven demostrando cómo colocarse el paño (Adinkra) Aunque un paño adinkra está estampado de símbolos tradicionales akan, en este paño de funeral no se distinguen fácilmente, pues los símbolos son negros como el paño. Muñecas de funeral Terracotas funerarias Estas terracotas (imágenes humanas de arcilla) están hechas por mujeres, al igual que todas las cosas hechas de arcilla. Se usan como las lápidas o las fotos sentimentales en las sociedades europeas. Se guardan en las salas de los taburetes ancestrales de los linajes que por su importancia los poseen, o bien se esconden en las casas de los linajes menores. Dos elementos de las nociones akan de belleza se exageran: los anillos alrededor del cuello y las frentes despejadas. De esa forma se parecen a las muñecas de madera de la fertilidad (hechas por hombres porque están talladas). Vieja foto Cada vez con más frecuencia, al pasar el tiempo, se utilizan viejas fotos de los fallecidos en lugar de objetos de arcilla. Participación de los antepasados Invoca a los antepasados además de a los dioses No sólo se respeta a los antepasados, también se les invita a participar en todas las funciones públicas (y también a los dioses). Las oraciones son en forma de ofrenda de alcohol, invocando la presencia de los antepasados. Quizá este elemento de la religión tradicional akan debería llamarse homenaje en lugar de veneración a los antepasados. No es que no se considere que los antepasados son espíritus, es que no se ven tan sagrados como los santos. Se les respeta y tienen poder, al igual que cuando estaban vivos y eran ancianos y jefes. Y se considera que son miembros presentes y participantes de la comunidad y el linaje. Al verter una libación de alcohol al inicio de una reunión o nuevo caso, se pretende invocarlos para que presten atención y participen. Tanto los dioses como los antepasados pueden ser bastante caprichosos: son muy humanos. Una libación comienza generalmente con la mención del Ser Supremo, Onyankepon Tweduampong (el Resplandeciente Supremo que es como un árbol o tablón en el que siempre encontramos apoyo). «Beber alcohol». Después la Madre Naturaleza (Mujer Tierra nacida en Jueves). «Beber alcohol». Después se mencionan los Dioses y Antepasados. Si se llama a los antepasados, en ocasiones se nombran algunos por su nombre y linajes maternos, o quizá por la frase «si llamo a uno, llamo a todos». De forma similar, si se llama a los dioses, quizá a algunos por su nombre, y después una lista de ríos y montañas. De nuevo, para acortar la lista, la persona que derrama la libación puede decir: «si llamo a uno, llamo a todos». La duración de la libación es variable, y se puede alargar añadiendo más nombres, linajes o dioses. En situaciones más formales y serias, la libación tiende a ser más larga y detallada. Después, la persona que ofrece la libación puede formular algunas frases hechas, como «no tenemos malas intenciones al llamarte» o «eres el bastón en el que podemos apoyarnos y nunca fallarás». Después de esto, la persona que ofrece la libación declara la razón del caso o evento: el reconocimiento de la identidad de una nueva persona, la resolución de una disputa, la bendición de una nueva instalación... lo que sea. El final de la libación pueden ser unas cuantas frases hechas similares. Cuando un lingüista o alguien importante derrama la libación, es deber del resto de los presenten contestar tras cada frase «Hwe» o « Wjeh» (escucha, mira, presta atención) con un patrón de invocaciones y respuestas. Si se hace bien, es muy armonioso. A menudo sólo los otros ancianos o los demás lingüistas cantan las respuestas. La oración asegura la presencia, atención y participación de los dioses y los antepasados. Taburetes ancestrales Más importantes políticamente que las terracotas funerarias son los taburetes ancestrales. Por un proceso de magia contagiosa, se considera que un taburete de baño utilizado por un anciano o jefe en vida ha acumulado buena parte del «poder» de la persona. Por lo tanto, se guarda y reverencia tras su muerte. Cuando un anciano o jefe muere, su taburete de baño se marca con boto en la base El paño tras el taburete es un adinkra, estampado con símbolos tradicionales akan. Los sellos de estampación de los Adinkra se hacen tallando calabazas frescas y dejándolas endurecer. Si la fortuna de un linaje aumenta, también el taburete ancestral aumentará su posición. Un taburete puede promoverse a taburete ancestral si se ennegrece. Un polvo medicinal llamado boto se mezcla con huevo o albúmina de huevo para hacer una pasta que se que se aplica como una laca al taburete. La laca se endurece y el taburete se vuelve negro. Más sobre el boto en Salud y fertilidad. Habitualmente no está permitido mostrar en público los taburetes ancestrales porque las personas y espíritus envidiosos pueden atraerles mala suerte, y por extensión a sus linajes. Taburete ancestral El sagrado taburete ancestral ennegrecido real está envuelto en el paño blanco sobre las piedras. Se reverencia el taburete con líneas plateadas que está sobre la silla, al que se ha colocado una campana como trofeo de alguna guerra antigua. No es un taburete negro/ Las campanas son muy comunes, la mayoría originalmente campanas de barco, y se mueven de un taburete a otro dependiendo de los resultados de guerras y batallas. A notar que el taburete negro está apoyado en piedras, que lo mantienen por encima de la tierra. La lengua de los muertos No existe una lengua especial de los muertos. Para mostrar respeto a un jefe en la corte, o a un anciano en la corte de su casa, se habla a través de otra persona. En cortes más importantes y grandes, esto se ha formalizado en la función del lingüista. No es que se utilice un idioma distinto, sino que normalmente el lingüista interpreta de forma que habla con un lenguaje más sofisticado, más diplomático y cortés, y más cortesano. Cuando los ancianos discuten un caso en un tribunal, se apoyan en una larga lista de proverbios orales que forman juntos un códice de normas, morales y leyes aceptadas. La gente común que visita la corte normalmente conoce sólo algunos de estos proverbios. Como no entienden todo lo que se dice, consideran el lenguaje cortesano como lengua de los muertos. En la antigüedad, un poderoso jefe de Asante quería darse a conocer. En una ciudad remota, un joven se estaba haciendo famoso por tener el más amplio repertorio de proverbios. El rey envió a buscarlo, y le pidió que creara un nuevo proverbio para él. El joven pidió que lo dejaran solo durante un día, y cuando volvió a la mañana siguiente, dijo: «Nana, el proverbio que he creado para ti es Si no duermes, no puedes soñar». Los ancianos y lingüistas comprendieron inmediatamente que el proverbio era un cortés reproche hacia el rey. Los proverbios se usan sólo para argumentar un caso, por lo que si no hay caso, no hacen falta proverbios. Esto implicaba que el rey pedía algo completamente innecesario. Como el joven hizo exactamente lo que le ordenaron, el rey no pudo castigarlo.
Daasebre Akuamoah Boateng II En esta foto, el Omanhene de Kwawy estaba dando una conferencia en un gran afahyede Kwawu. Leía un sofisticado y detallado discurso sobre el desarrollo económico del distrito. Mire a la izquierda de la foto, tras el micrófono. Ese es el Jefe Lingüista de Kwawu. Cuando el Omanhene terminó su discurso, todos nos preguntamos qué haría el lingüista, porque no sabía hablar inglés. Se acercó al micrófono y dijo dos palabras: «asem pa (buenas noticias)», y todos nos reímos y aplaudimos. La conferencia estaba dirigida a la elite educada, y no tenía por qué traducirse exactamente al twi para los demás. Ankobeahene El Ankobeahene (Jefe que no Va a Ninguna Parte) de Obo es un anciano importante de la corte de Obo. La historia oral de su linaje afirma que la familia se remonta a antes de que llegaran los akan, que hablaban guan y era patrilineal. Viendo que los akan recién llegados eran poderosos y muy bien organizados, consideraron que la discreción era la mejor parte del valor, y decidieron unirse a ellos en lugar de enfrentarse. Convirtieron sus sistemas de sucesión, herencia y formación de grupos de descendencia de línea paterna a materna. La palabra «ankobea» significa «no va a ninguna parte», y en la organización político militar, eran los designados para quedarse en casa mientras los demás iban a la guerra, y defender la ciudad de origen contra los invasores que de otra forma hubieran podido saquear una ciudad desierta. Obo Ankobeahene
Reina Madre La Ohemma (mujer jefe, madre de jefe) es una de las ancianas más importantes de la corte de un jefe, pues es «hacedora de reyes» que puede poner o quitar un jefe. No tiene por qué ser la madre física o biológica del jefe, porque los ancianos son seleccionados y no existe la sucesión automática. Social y políticamente se le trata como si fuera la madre del jefe. Cuando un taburete de jefe queda vacante (por destronamiento o muerte), el linaje real elige un candidato y él o ella debe ser aprobado/a por la corte. Parte de la ceremonia es la confirmación del Ohemma de que el candidato está «entero» (sin circuncidar). Esto es un residuo de cuando los akan llegaron cruzando el Sahara durante la expansión del islam: históricamente los akan han tenido una gran antipatía por esta religión. Data del movimiento akan hacia lo que ahora es el bosque húmedo, en los siglos VI y VII, cuando los ancianos akan se opusieron al islam, y se negaron a permitir que ninguna persona circuncidada se convertirse en jefe. Es deber de la Reina Madre confirmar que el jefe está «entero». No importan los hechos físicos o médicos, lo que cuenta es su palabra. En su casa, y en el afahye Asuboni, Al Bartle visita al Ohemma de Obo. Destronamiento de un jefe Los crímenes normales no se consideran razones para destronar a un jefe. Una vez acompañé a un jefe por Accra mientras vendía su limusina tres veces. Estaba un poco corto de liquidez, por lo que consiguió dinero de tres «compradores» del coche. Todos los compradores eran acaudalados comerciantes que sabían quién era. Había formas de recuperar el dinero, pero hubieran sido largas y complicadas, y por lo que sé, nadie lo hizo. Quizá para una persona normal se viera esto como un robo, pero no para un jefe. Un jefe tendría que hacer algo que ofendiera a los antepasados, disminuyera el poder o el prestigio de la ciudad o el linaje, o que interfiriera seriamente con la capacidad de funcionamiento del jefe o su corte. Cuando los ancianos de ese jefe están lo suficientemente convencidos de la necesidad de destronarlo, la Reina Madre anuncia que, pensándolo mejor, quizá se ha equivocado al confirmar que su cuerpo estaba completo. Esto se refiere a la ceremonia de entronización cuando al jefe se le iza tres veces, desnudo, hasta el sagrado taburete elegido. Después de que la Reina Madre exprese sus dudas sobre la integridad del jefe, el Kontihene le pide que devuelva sus sandalias de jefe. Estas sandalias son muy importantes, pues los pies del jefe nunca deben tocar el suelo. Pertenece al sagrado negro (ancestral), y al hacer esto, se cortocircuita el poder, y se le quita su condición sagrada. Si sucediera de forma accidental, los antepasados se ofenderían, y habría que sacrificar varias ovejas para aplacarlos. En una inspección de tierras en una zona remota, yo, que seguía a un jefe, vi que resbalaba y su pie tocaba el suelo. Hice como si no hubiera visto nada y mantuve la boca cerrada, y así no tuvimos que matar una oveja. Cuando el Kontihene pide las sandalias del jefe, desactiva el sagrado poder de dicho jefe, que se convierte en persona común. Servicio a los antepasados Al igual que los jóvenes respetan y sirven a sus mayores, los ancianos respetan y sirven a los antepasados (algunos de los cuales fueron sus mayores cuando estaban vivos). Un joven sirve vino de palma para los ancianos Danza La interpretación más común de la palabra «Asante» es «Porque bailan» o «Por su baile». (sa = baile, nte = porque). El Imperio Asante creció y se desarrolló por medio de guerras. El propósito de la guerra era abrir y proteger rutas comerciales desde Kumasi a la sabana, al norte, y a la costa, al sur. Kwawu creció entre dos rutas al sureste, de Kumasi a Accra: una iba hacia el norte de la cordillera siguiendo el río Afram (ahora parte del lago Volta), y la otra hacia el sur de las montañas. Cuando se construyó el ferrocarril en la cara sur, decayó la ruta del río. Los akan nunca se dedicaron a la captura y venta de esclavos. Compraban esclavos del norte, sobre todo de sociedades que hablaban mosi como los dagomba. La ruta comercial asante se extendía al sur hasta Elmina (que los portugueses llamaron «la mina», por la enorme cantidad de oro que había) en la costa. Los grandes tambores no mantienen el ritmo, como sucedería en un grupo musical occidental. Los tambores recitan poemas, utilizando el sistema tonal del lenguaje akan. El ritmo o percusión lo lleva el dawuru, hecho de metal, que se golpea con un bastón de madera. Suena como un cencerro, y en jerga se llama gongong. Una danza asante de guerra tiene casi el mismo propósito que un desfile militar en las sociedades occidentales, y hoy entre los militares de África Occidental. Simboliza la lealtad y la organización sociopolítica militar, y confirma la importancia de la disciplina y la obediencia. Una danza de guerra debe comenzar siempre moviendo el pie derecho hacia delante en un semicírculo, y colocándolo a la derecha en el suelo. Anciano bailando una danza de guerra El Kontihene de Obo bailando una danza de guerra Ahenkwa bailando una danza de guerra
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