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TRABAJO SOCIAL BASADO EN LA COMUNIDADpor Phil Bartle, PhDtraducción de Mª Lourdes SadaDedicado a Rädda BarnenFolleto de adiestramientoSi una comunidad puede organizar la construcción de cloacas, ¿por qué no organizarse para el trabajo social?Introducción: Este es otro documento de adiestramiento en la serie sobre métodos de movilización comunitaria para conseguir otros resultados además de las construcciones físicas como cloacas, hospitales o escuelas. El producto o rendimiento es un programa de servicios para los miembros más débiles de la comunidad, muchos de los cuales se podrían ayudar a sí mismos si se les proporcionara una cantidad de ayuda y estímulo relativamente pequeña. ¿Qué es el trabajo social? El trabajo social profesional es una extraña mezcla de muchas cosas. Normalmente, en occidente lo desempeñan funcionarios (en Europa y América del Norte), mientras que muchas ONG internacionales tienen trabajadores sociales entre su personal. A los beneficiarios del trabajo social se les denomina con frecuencia grupos vulnerables, es decir, gente cuyas condiciones o circunstancias especiales los coloca en posiciones de debilidad y vulnerabilidad con respecto a la norma dentro una sociedad. Generalmente son los miembros de la sociedad que necesitan alguna ayuda. En estos grupos se suele incluir a los que sufren discapacidades mentales o físicas, personas que no pueden ganarse la vida trabajando o no pueden cuidar de sí mismas. En casos especiales, las mujeres maltratadas (las que sufren maltrato físico o psíquico ─por parte de sus parejas, por ejemplo─ y no pueden escapar por sí solas de esta peligrosa situación), ancianos frágiles, niños sin padres que los mantengan, o que sufran violencia familiar. La tarea de un trabajador social incluye principalmente administración, asesoramiento y defensa, además de pequeñas intervenciones médicas, en su mayor parte psicológicas. El trabajador social proporciona a sus beneficiarios reflexión, consejo, información y asesoramiento según las necesidades. Cada caso es diferente. El trabajador social que pertenece a la administración del estado, o de una ONG, de un país occidental (Europa y América del Norte) proporciona un servicio que en otros países suelen estar a cargo de ancianos y miembros de la familia. El trabajo social es un servicio demasiado caro para los gobiernos de los países menos desarrollados. La palabra «social» puede ser engañosa porque, en occidente, donde se practica ampliamente, el trabajador social no trabaja con el conjunto de una sociedad, ni siquiera con una comunidad o grupo dentro del contexto social. El trabajador social normalmente se ocupa de «casos», y habitualmente un caso se refiere a una persona, o de forma creciente, a una familia. Resulta todavía más irónico las instituciones donde se enseña trabajo social, por lo general universidades, departamentos o escuelas de administración social o trabajo social, suelen estar vinculadas (cuando son pequeñas) a departamentos de sociología. Por lo tanto, es en estas escuelas o departamentos donde también se enseña desarrollo comunitario (al igual que buena parte del material de este sitio web). Por el contrario, el desarrollo comunitario es una actividad dirigida a las instituciones sociales, como comunidades o grupos, más que a personas. (Ver Comunidad). Uno de los muchos hechos que motivaron el desarrollo de este sitio web es que la potenciación de las comunidades es muy importante y necesaria en países de economía débil. Limitar el adiestramiento de los trabajadores comunitarios a los que estudian en las universidades restringe la disponibilidad de trabajadores comunitarios potencialmente capaces: debería enseñarse a estudiantes de escuelas de nivel medio (después de que hayan trabajado en el mundo real y tengan cierta experiencia de la vida). Este documento no le enseñará cómo convertirse en un trabajador social (ni más ni menos que el módulo sobre el agua hará de usted un ingeniero civil), pero le ayudará a iniciar y desarrollar un programa de trabajo social basado en la comunidad (TSBC). El adiestramiento de este sitio web se dirige a trabajadores sociales que no han tenido que estudiar en una universidad. ¿Dónde es adecuado el TSBC? Habitualmente, los países ricos pueden proporcionar servicios de trabajo social (de forma individual o familiar, no comunitaria) y los países pobres dependen del consejo, experiencia y conocimientos de los mayores y de los miembros de la familia. Dicho esto, ¿dónde sería adecuado un programa de trabajo social basado en la comunidad? Los servicios de trabajo social basados en la comunidad son necesarios donde los ancianos y las familias no pueden proporcionarlos, y tampoco existen fondos necesarios para suministrarlos de forma individualizada. La situación que viene a la mente con rapidez son las grandes poblaciones en campos de desplazados o refugiados en países pobres. Algún día, cuando la situación no sea de emergencia, es probable que estos refugiados vuelvan a casa. Sus vidas se han interrumpido, han perdido a muchos familiares, incluyendo a sus mayores, pero la necesidad de los servicios de trabajo social persiste. Mientras haya suficientes fondos disponibles para que un trabajador social profesional supervise el trabajo basado en la comunidad, manteniéndolo en los niveles exigibles, la propia comunidad puede proporcionar la energía, el tiempo y el interés para hacerlo funcionar. Aparte de los refugiados, entre las situaciones en las que sería apropiado poner en marcha un programa de trabajo social basado en la comunidad se incluyen los grandes desastres que tienen como resultado la desaparición de mayores y familiares, o que interrumpe la organización social normal y tradicional. Entre ellas, hay que considerar las situaciones posteriores a un desastre. Donde hay grandes poblaciones de refugiados, los servicios básicos (alimentos, comida, alojamiento, atención médica básica) los proporcionan normalmente las agencias de NU y las ONG internacionales. Sin embargo, los fondos no son ilimitados, por lo que pueden reducirse a un mínimo intento de suministro de servicios de trabajo social, si es que llega a haberlo. Esta es una situación adecuada para considerar la organización de un programa de trabajo social basado en la comunidad. Percepciones de la comunidad: Cuando un niño es testigo de atrocidades que destruyen su mundo, resulta afectado. Ver cómo disparan o bombardean a sus familiares o vecinos produce un trauma inmenso cuando uno es un niño. En muchos casos, la experiencia tiene como resultado que el niño se encierra en sí mismo, se niega a hablar y no responde a relaciones normales. El niño traumatizado por los mismos hechos que producen comunidades de desplazados o refugiados puede mostrar un comportamiento que resulta confuso para los familiares que le quedan o para sus cuidadores. A veces se le considera retrasado mental, sin posibilidad de recuperación. A veces se cree que está poseído por espíritus malignos. Otras veces, su estado se ve como el castigo a faltas cometidas con anterioridad por sus familiares. En estos casos, su comportamiento provoca una gran vergüenza y se rodea de secretismo. Con demasiada frecuencia, sus cuidadores no entienden que está reaccionando a los terribles sucesos de una guerra civil, y no saben que este estado puede invertirse con unas simples intervenciones. A menudo, se esconde (incluso se encadena) a estos niños en habitaciones oscuras, fuera de la vista de la gente. No pueden vestirse o lavarse, y con frecuencia se les encuentra en su propia suciedad y en un lamentable estado de salud, sucios, enfermos, débiles e indefensos. La divulgación de estos casos no logra comunicar el mensaje. Es necesaria una intervención para evaluar a cada uno de estos niños. Si están traumatizados por sucesos atroces, y no son discapacitados psíquicos o físicos a causa de otros factores, pueden experimentar cambios considerables, aprender a vestirse, asearse y alimentarse por sí mismos. Esto exige paciencia, amor y cuidados, a lo largo de semanas o meses. Un estímulo o dos, en forma de muñeca, o quizá más tarde una pelota, son herramientas efectivas y útiles para esta tarea. Esta es una situación, que se repite cientos de veces en todo el mundo, en la que es adecuado un programa de trabajo social basado en la comunidad. Es una situación típica o clásica para el TSBC. Un sólo trabajador social profesional, universitario, puede evaluar la situación, prescribir las intervenciones adecuadas y supervisar. Los activistas comunitarios pueden trabajar con los miembros de la comunidad para buscar niños escondidos que sufren, contratar trabajadores sociales comunitarios, organizar su adiestramiento y supervisión, poner en marcha OBC que gestionen y operen el programa de TSBC en la comunidad y asegurar un flujo de información efectivo. Los residentes locales, de forma voluntaria o con ciertos incentivos, pueden proporcionar los cuidados y estímulos a los niños necesitados, y mantener informados a los activistas sobre los cambios en su condición y el adiestramiento que necesitarán más adelante. Esta es una de las muchas situaciones que implican a refugiados o desplazados en comunidades alteradas (pero supervivientes) por desastres de origen natural o humano. Principios de ASP: La política de «Atención Sanitaria Primaria» (ASP) promovida por la OMS (Organización Mundial de la Salud de NU) tiene varios principios básicos, de los cuales el mejor conocido quizá sea que prevenir es mejor que curar. Otro de ellos, que es especialmente aplicable al trabajo social basado en la comunidad, es la idea de que no deben gastarse los recursos en curas costosas para una minoría. Como telón de fondo, hay una política sanitaria que pretende beneficiar a una mayoría. Con un presupuesto limitado, esto se traduce en el tratamiento de unas cuantas enfermedades comunes, en proporcionar adiestramiento elemental a personas de bajo nivel educativo, y en alcanzar a los pacientes rurales y más alejados. Esto llevó al popular (pero poco exacto) concepto del «doctor descalzo». (Ver también Agua y salud). Si la política de la ASP se transfiere a la necesidad de servicios sociales, entonces la idea es dar adiestramiento elemental a personas sin educación universitaria, concentrándose en las enfermedades más comunes y fáciles de tratar, y depender de un sistema de referencia para las más complicadas. La meta del trabajo social basado en la comunidad es organizar un grupo de miembros de la comunidad que puedan dar un adiestramiento básico (es decir, que no exija educación universitaria) para tratar un número limitado de condiciones sociales de los miembros vulnerables de la comunidad. Sus intervenciones no serán tan flexibles ni sofisticadas como los de los trabajadores sociales con título universitario y adiestramiento extensivo en trabajo social, pero serán capaces de llegar a una mayor parte de la población que si sólo se emplean profesionales muy preparados y relativamente caros. «El mayor beneficio para el mayor número». Estructura: ¿Cuándo se da una estructura adecuada para un programa de TSBC? Cuando trata con una población de refugiados que han sufrido grandes alteraciones en sus vidas, que tienen acceso a cubrir sus necesidades inmediatas (alimento, alojamiento, agua, vivienda) pero carecen de bienestar social. Cuando sólo se disponga de uno o dos trabajadores sociales y la población sea demasiado grande para que puedan llegar a todo el mundo. Cuando se presente una situación encaminada a la organización de grupos comunitarios de voluntarios. Esta es la base para el TSBC. Los trabajadores sociales profesionales tienen que hacer un análisis de las necesidades para determinar un número limitado de condiciones que pueden tratar los trabajadores comunitarios con formación elemental. Después deben adiestrarles y supervisar el adiestramiento de un grupo de trabajadores comunitarios que tengan acceso a la comunidad o comunidades destinatarias. Tanto la valoración de necesidades como el adiestramiento tienen que ser continuos, no de una sola vez, de forma aislada. Ellos y los trabajadores comunitarios (activistas) tienen que identificar, contratar y adiestrar miembros de la comunidad para que sean líderes comunitarios del programa, ejecuten intervenciones de trabajo social en sus comunidades, y supervisen las situaciones cambiantes de sus comunidades respectivas. Los miembros de los grupos comunitarios dirigen las intervenciones de trabajo social. Los activistas y, más directamente, los trabajadores sociales profesionales tienen que apoyarlos con adiestramiento y orientación. El efecto resultante es como una pirámide de trabajo social, con el (los) trabajador(es) social(es) profesional(es) arriba, posibles instructores de trabajo social (temporales o fijos) supervisados por los trabajadores sociales, activistas, líderes comunitarios y dirigentes de los grupos comunitarios (OBC) y miembros de las OBC y de la comunidad que llevarán a cabo la mayor parte de las intervenciones. Adiestramiento y apoyo: En general, los activistas comunitarios no deben recibir su adiestramiento en una sola vez, sino que precisan de orientación y estímulo regulares y de un foro en el que plantear las preguntas que surgen sobre el terreno. (Ver Métodos de adiestramiento). En el TSBC esto es aún más exigible. Primero, los activistas sin adiestramiento formal (la audiencia mayoritaria de este sitio web) necesita apoyo y aportes por parte de los profesionales. Segundo, las tragedias presenciadas en TSBC exige que los trabajadores sobre el terreno se reúnan con sus colegas para compartir experiencias y para recargar su energía, su entusiasmo y su actitud positiva. Un programa de TSBC tal como se describe arriba necesita un foro rutinario en el que se reúnan los activistas para intercambiar experiencias, plantear cuestiones que surgen sobre el terreno y obtener aportaciones de los trabajadores sociales con más estudios y mayor adiestramiento. La respuesta a esta necesidad puede ser una unidad de adiestramiento. Su organización depende de los fondos disponibles y de las circunstancias. El programa inicial de adiestramiento para los activistas podría utilizar los seis primeros módulos de este sitio web, que pueden imprimirse y distribuirse. Pueden adaptarse fácilmente para desarrollar un programa de TSBC. El adiestramiento para el trabajo social, por el contrario, tiene que estar bien definido y generado por trabajadores sociales profesionales, después de que estos hagan una evaluación inicial de las situaciones, y puede modificarse de acuerdo con la información que va llegando. Conclusión: Cuando sólo se cuenta con uno o dos trabajadores sociales profesionales altamente cualificados para una población extensa, que implique varias comunidades (como en situaciones de refugiados o similares), lo que imposibilita que las intervenciones de trabajo social alcancen a la mayoría de la población, y cuando esta población tiene una necesidad extra de este tipo de intervenciones como resultado de desastres de origen natural o humano, la respuesta puede ser el TSBC. Exige la reorganización de los recursos disponibles, la evaluación, supervisión y orientación por parte de los trabajadores sociales profesionales, la utilización de activistas que organicen a los grupos comunitarios para hacer el trabajo diario, la puesta en marcha de un programa de adiestramiento que se concentre en las situaciones más comunes que afecten al mayor número de personas, y la continuación del adiestramiento, el estímulo y la orientación de los activistas y los trabajadores comunitarios. En las situaciones adecuadas, este tipo de programas pueden resultar efectivos y útiles. ––»«––Agradecimiento: Quiero hacer notar el papel de Rädda Barnen (en sueco, «Salvad a los Niños») por abrirme los ojos al potencial de este sector de la movilización comunitaria. Tuve el privilegio de trabajar con Rädda Barnen durante cerca de cuatro años, entre 1982 y 1988, como representante en Afganistán y Paquistán. Allí me encontré con un programa de TSBC en marcha. Unos años antes, cuando los soviéticos todavía ocupaban Afganistán, una trabajadora social sueca, secundada por el ACNUR se encontró como única responsable de las necesidades no materiales de cerca de dos millones y medio de refugiados afganos en la provincia de la Frontera Noroeste de Paquistán (otro millón y medio en la de Beluchistán). Al principio eran refugiados huídos de la ocupación soviética, y más tarde, a partir de 1992, de las guerras civiles entre los señores de la guerra afganos, tras la marcha de los soviéticos. Puesto que los refugiados eran mayoritariamente musulmanes muy conservadores (muchos de los cuales apoyaron más tarde a los talibanes) había varias cuestiones que el programa tenía que considerar. Normalmente no se permitía a las mujeres salir de sus casas, no podían hablar con activistas o instructores de sexo masculino, y no se les podía educar en temas occidentales. Los expertos de Peshawar con experiencia en refugiados decían una y otra vez «no puede hacerse». El personal de Rädda Barnen y del gobierno ─suecos, afganos y paquistaníes, trabajadores sociales, activistas, personal de apoyo e instructores─ lo consiguieron. Trabajaron con los clérigos musulmanes ─malaams y sheikhs─ explicándoles claramente lo que estaban haciendo, siguiendo con cuidado las reglas islámicas de comportamiento. Al final, los clérigos reconocieron que las mujeres eran las más adecuadas para trabajar con los niños desvalidos, pero necesitaban adiestramiento para poder hacerlo. Permitieron a instructoras de trabajo social del sexo femenino enseñarles en sus casas. Los recién formados grupos comunitarios de trabajo social trabajaron en hogares locales y siguieron los preceptos islámicos. Después de unos cuantos éxitos notables con niños desamparados escogidos por los trabajadores sociales con esa intención, los clérigos acabaron por ponerse, uno a uno, de su lado. Incluso hubo uno que señaló «esta es nuestra jihad de trabajo social». Al final, demostraron su apoyo desde las mezquitas por medio de alocuciones cuidadosamente redactadas. El programa sobrevivió ─y creció─ mientras otras ONG internacionales que trabajaban con mujeres se encontraban con una fuerte oposición. A algunas se les llegó a pedir que se fueran, acusadas de ser una mala influencia para la gente. Yo no fui responsable de la creación del programa, ni de que funcionara (aunque me gustaría poder decir lo contrario). Llegué y aprendí. Pueden obtener más información sobre el programa en : Phil Bartle y Eva Segerström. «Un enfoque de la autoayuda comunitaria: niños refugiados en Paquistán», páginas 6-9, Niños del mundo, vol. 19, N° 1/1992, ICCB, 65 rue de Lausanne CH-1202, Suiza. Quiero dejar constancia de la increíble creatividad, dedicación, perseverancia y lealtad de todo el personal de Rädda Barnen, suecos, afganos y paquistaníes. Aunque no puedo nombrarles a todos aquí, quiero mencionar especialmente a Häken Torngärd y Eva Segerström. Son héroes entre los héroes. Para más información, consulte los sitios web de Rädda Barnen: http://www.rb.se/engindex.htm (en inglés), http://www.rb.se/index.htm (en sueco), o envíe un mensaje con sus preguntas a: [email protected]. Organización comunitaria en un campo de refugiados: © Derechos de autor 1967, 1987, 2007 Phil Bartle
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