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HABLAR EN PÚBLICO

Cómo moderar una reunión pública

por Phil Bartle, PhD

traducción de Mª Lourdes Sada

Folleto de adiestramiento

El activista necesita tener la capacidad de comunicarse con la gente de la comunidad

Tanto para sensibilizar como para organizar a la comunidad,
su herramienta más poderosa son las reuniones públicas centradas en el diálogo.

Es importante que esté bien informado y familiarizado con sus metas como activista, como se ha indicado en el módulo de preparativos, y con los conceptos clave, que encontrará en palabras clave. Más aún, no memorice las definiciones, reinterprete los conceptos tal y como usted los entiende, y analícelos en su diario y con sus colegas.

No predique como un cura, no dé mítines como un político ni lecciones como un maestro, evite pontificar, arengar o decretar. Arbitre. Pregunte. Guíe. Su modelo debe ser aquel famoso educador de la Grecia antigua, Sócrates, que enseñaba siempre preguntando, nunca dando respuestas. Era un gran moderador que inducía a la gente a pensar (a analizar, a observar) por sí misma.

Mantengase relajado, confiado e informado. Arranque preguntas a los participantes. Sobre todo, pregunte sus opiniones a los más callados y tímidos. No permita que los más dominantes y seguros de sí mismos se adueñen del control del diálogo.

En las reuniones, introduzca también el concepto de la sesión de «tormenta de ideas», que volverá a utilizar en la planificación de sesiones del comité ejecutivo. Explique que los diferentes tipos de sesiones tienen diferentes normas básicas. El diálogo abierto, que usted modera por medio del arbitraje y las preguntas, permite el debate y la discusión. La «tormenta de ideas» no.

En una sesión de tormenta de ideas debe hacer hincapié en que no hay debate, crítica ni discusión. Tiene que pedir sugerencias y escribirlas en una pizarra, todas, incluso las más tontas, y después ordenar la lista por prioridades. La «tormenta de ideas»es un tipo de sesión muy bien estructurada y enfocada y los participantes deben aprender y practicar las reglas básicas.

Nunca le diga a una comunidad lo que tiene que pensar o hacer. Quizás se sienta tentado, puesto que sus fines son el fortalecimiento y la lucha contra la apatía, ignorancia, dependencia, enfermedad y falta de honradez (las causas de la pobreza).

Lo que debe hacer es ayudarles a que lleguen a darse cuenta por sí mismos y a que tomen sus propias decisiones. Debe adoptar un sistema mediador si quiere fortalecerles y aumentar su poder (evitando dar lecciones o sermones).

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© Derechos de autor 1967, 1987, 2007 Phil Bartle
Diseño web de Lourdes Sada
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Última actualización: 14.04.2011

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