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Sexos y organización social

por Phil Bartle, PhD

traducción de Mª Lourdes Sada

Hombres y mujeres

La sociedad akan normalmente no cuenta con personas rígidas y estrictas de las que insisten en que ciertas cosas son sólo para mujeres y otras sólo para hombres. No obstante, existen tendencias en las labores: de algunas se ocupan las mujeres y de otras los hombres. Esta tendencia no se ha conservado del todo en los dos últimos siglos, y el efecto de los misioneros cristianos, con su etnocentrismo europeo, no puede ignorarse.

Generalización

Hay ciertos patrones todavía visibles en la sociedad akan. Las mujeres se ocupan de la comida, la venta de vegetales, el comercio y la agricultura. Trabajan la arcilla. Aquí, la agricultura significa sobre todo el cultivo de huertos, de verduras, pero también la ganadería de animales pequeños como ovejas, cabras y pollos.  Las mujeres se ocupan también normalmente de el ahumado de carne y pescado para su venta.

Históricamente, los hombres cazaban y pescaban. En la actualidad queda muy poca caza, en general animales pequeños, como los ciervos. El último elefante se vio en Kwawu alrededor de 1910, aunque los kwawu eran reputados cazadores de elefantes para comer su carne.

Vendedor de ratas de cañaveral en la carretera

La pesca continúa a lo largo de la costa, pero Kwawu no interviene en ella, y el expolio internacional de los bancos internacionales está causando en la actualidad un rápido declive de la pesca. En los ríos locales de Kwawu viven algunos peces pequeños, pero sólo los niños suelen pescarlos.  En el lago Volta de las llanuras Afram se colocan trampas para peces.

He conocido brevemente algún cazador, con su arma y sus perros, pero nunca tuve la oportunidad de viajar por la sabana para ver cómo cazaban con mis propios ojos.

Trampa de peces de agua dulce

El tejido del precioso paño kente lo hacen los hombres. El censo de 1960, uno de los mejores que se han hecho, muestra que un 100% de tejedores de kente en todo el país eran hombres. Aunque esta labor ha pasado al trabajo moderno como sastrería, hecha por hombres para clientes hombres,  muchas escuelas pequeñas, algunos misioneros e institutos gubernamentales han enseñado a las niñas a ser costureras. Las mujeres que cosen suelen hacerlo para clientas del sexo femenino.

El trabajo de la madera se considera normalmente una ocupación masculina. Históricamente, este trabajo incluye la talla de importantes objetos, como morteros y mazas para moler fufu, la elaboración de objetos espirituales de madera como las muñecas akuaba, y la talla de taburetes para ancianos y jefes.  De forma similar, la fabricación de tambores, como la herrería, se consideran ocupaciones masculinas.  En otras zonas de África, el herrero es un ser especial, a menudo tratado como intocable, y otras veces considerado semisagrado.   Esto no sucede entre los akan.

Talla de la madera

En épocas más modernas, los hombres han tendido a dominar la industria de reparación de automóviles y pequeños electrodomésticos, la conducción de vehículos, la carpintería, la albañilería, y la fontanería. En buena parte se debe a la elección que en el siglo XIX hicieron los misioneros suizos de las ocupaciones prácticas.  Nunca adiestraban a las niñas para que fueran fontaneras o carpinteras. Algunas instituciones docentes gubernamentales han comenzado recientemente a graduar mujeres en trabajos antes considerados sólo de hombres.

Aunque de la agricultura a pequeña escala se ocupan las mujeres, las haciendas estatales (durante la era Nkrumah, 1957-1966) contrataban hombres para manejar tractores. No obstante, las labores agrícolas corrientes solían llevarlas a cabo gentes del norte, tradicionalmente consideradas «esclavos» por los akan. De forma similar, los hombres que se dedicaban a la «agricultura» solían ser propietarios y administradores de haciendas, desarrolladas y enfocadas a la industria del cacao, y con trabajadores contratados en el norte.

La palma de aceite es un caso especial. Mientras se cultiva y se utiliza como fuente de comida por el fruto de la palma, se considera un trabajo de mujeres, y normalmente pertenece a una mujer. Cuando se hace demasiado alta para que ella pueda recolectar los frutos, se la vende a un hombre, que la tala y extrae la savia del tronco para hacer vino de palma. Como los frutos de la palma son rojos, y el vino es blanco, encaja fácilmente en la cosmografía de los tres colores descrita en Tres almas. Ver Abe (Palma).

Agricultora de palma de aceite

Tanto los hombres como las mujeres pueden ser jefes y ancianos (ver antepasados), y ambos pueden convertirse en sacerdotes de las Deidades tutelares (ver dioses). La mayoría de ancianos y jefes (alrededor del 90%)  son hombres, y esto se explica por la prohibición de que las mujeres que estén menstruando entren en las salas de los taburetes sagrados. La mayoría de los akomfo (personas poseídas) son mujeres (aproximadamente un 80%), aunque también está prohibido que una mujer en periodo menstrual entre en el santuario de los dioses locales. Generalmente existe una mayor proporción de hombres en los oficios que conllevan más prestigio y poder.

© Derechos de autor 1967, 1987, 2007 Phil Bartle
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Última actualización: 07.01.2013