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FORMACIÓN DE ACTIVISTAS

Guía para el instructor

por Phil Bartle, PhD

traducción de Mª Lourdes Sada

Notas para el instructor

La movilización de una comunidad no se empieza sin orden o sin preparación

Preparar el camino antes de movilizar

Cuando el activista está preparado para movilizar, debe hacer ciertas preparaciones en la comunidad antes de empezar una movilización. La movilización no puede comenzar sin planificación o preparación, y sin asegurarse que se dan los requerimientos necesarios.

Si está organizando la formación de activistas utilizando este material, comprobará que este módulo está diseñado para informar a los potenciales activistas sobre lo que es su trabajo inicial. De nuevo animamos a «hacer» como mejor forma de adquirir conocimientos, y usted puede preparar este adiestramiento para hacer hincapié en actividades prácticasconforme los alumnos aprenden a movilizar.

Es el momento ideal para que les recuerde que es para ellos importante crear y mantener un «rastro de papel». La forma de trabajar de sus alumnos en una comunidad se verá afectada en gran medida por lo mucho que sepan de la situación y la naturaleza de la comunidad. Es más, recuérdeles que no trabajarán en la misma comunidad para siempre, y que necesitan preparar material que guíe a su sucesor. Si no lo hacen, cuando se vayan, el siguiente activista deberá comenzar de nuevo por el principio, y no podrá partir de las observaciones y experiencias de su antecesor. Recuerde a sus alumnos que comiencen a escribir sus diarios.

Esta es la fase en la que el activista necesita preparar la comunidad para que emprenda una acción efectiva. Consulte el módulo «Métodos de adiestramiento», y concretamente el documento sobre «Juegos de rol». De usted depende la forma de organizar una sesión de juego de rol, hay varias formas de hacerlo. Puede asignar a los diferentes alumnos papeles de miembros de la comunidad, el jefe local, consejero o alcalde, funcionarios locales que conceden licencias o certificados a los trabajadores sobre el terreno (si existen), el «jefe» o supervisor del activista, y otras categorías que representen la situación local. Al crear sesiones de juego de rol, los alumnos pueden llegar a entender los distintos ejecutantes del proceso, y como resultado, entenderlo mejor.

El ciclo de movilización:

Cuando sus alumnos comiences, su trabajo se desarrollará en el contexto de un «ciclo de movilización». Al menos deben tener una impresión somera del ciclo. Puede añadir material del módulo de adiestramiento «Ciclo de movilización» si quieren o necesitan más detalles en este momento.

En su adiestramiento, no se limite a presentar el ciclo, ni se base únicamente en un folleto. En lugar de esto, pida a los alumnos elementos del ciclo, y escríbalos en la pizarra. Se puede representar al principio como una lista, de arriba abajo, de los capítulos de valoración de necesidades, elección de un proyecto comunitario, diseño del proyecto, implementación y evaluación. No les de usted los elementos, plantee preguntas que les obliguen a encontrarlos a ellos. Dibuje una flecha del final al principio de la lista, para indicar la repetición del ciclo.

Una sesión interesante será elegir a varios alumnos para que representen el papel de cada fase del ciclo. Pueden llevar grandes etiquetas en cartón que identifique a cada uno con una fase. ¿Qué dirá cada uno por turnos al presentarse el ciclo? Si los alumnos son capaces de hacerlo, intente pedirles que lo repitan, o elija un nuevo grupo de alumnos para hacerlo esta vez sin palabras. Puede resultar muy divertido, provocar grandes risas e incluso intentos embarazosos, pero ayudará a los alumnos a asimilar el ciclo, especialmente sus principios, si no los detalles específicos de cada situación.

Existe una presentación Power Point del ciclo de movilización, con dibujos de Julianna Kuruhiira que están disponibles en este sitio. Es más elaborado y detallado que las páginas web del módulo. Si tiene la posibilidad de presentarlo en una pantalla, puede ser un respiro en las sesiones normales de un taller de adiestramiento. Si no, intente conseguir un ordenador y muéstrelo a grupos de tres o cuatro alumnos cada vez. Ver «Ciclo de movilización». (Cuando pulse en «Power Point», comenzará la presentación. En ese momento lo puede descargar en su ordenador utilizando la función «Guardar_como»).

Recuerde a sus alumnos que su trabajo se basa en ciclo, que una comunidad no se desarrolla sólo con un proyecto, sino que el ciclo se debe repetir, y variar cada vez de acuerdo a las condiciones cambiantes.

Conseguir permisos

Como instructor, debe explicar a sus alumnos que necesitan dos tipos de permisos o autorizaciones para comenzar en cada distrito. Un es el permiso formal, legal u oficial, y el otro es el permiso informal o no oficial.

Los permisos oficiales son normalmente simples y sencillos de conseguir. Recuerde que «simple» no significa siempre «fácil». Las formalidades difieren normalmente de un país a otro, y puede haber también variación entre provincias y regiones. Aunque normalmente se basan en normativas y reglamentos gubernamentales que se pueden encontrar plasmados por escrito.

Los permisos no oficiales son menos fáciles de definir, y no tienen límites claros y definidos. En esencia, eso significa conseguir la buena voluntad de las autoridades y líderes del área, para que se conviertan en aliados en lugar de obstáculos. Su cooperación puede ser muy valiosa, su oposición puede ser un desastre.

Es fácil notar cuando se obtienen los permisos formales: los anuncia la recepción de una carta o certificado. Pero no hay forma de saber con exactitud cuando se tiene el permiso no oficial. Explique a sus activistas que tendrán que seguir intentando conseguirlos durante toda la duración del proceso de movilización en cada zona.

Un buen ejercicio en una sesión de adiestramiento es hacer que los alumnos preparen definiciones de los dos tipos de autorización en su provincia o región.

Esta es otra sesión adecuada para poner en marcha un juego de rol. Divida a los alumnos en dos grupos, cada uno de entre dos y cinco personas. Una persona de un grupo será el activista. Una persona del otro grupo será el funcionario que corresponda, con poder para conceder un certificado que permita al activista trabajar en la zona. El resto de los participantes serán los asesores de estos dos. Separe a los dos grupos de jugadores, y diga a los asesores que indiquen a su representante qué debe decir.

Muy importante, el grupo que asesora al «funcionario» debe generar todas las sospechas, suposiciones y temores que crean adecuadas. Por el contrario, el grupo que aconseja al «activista» debe pensar en todos los beneficios para la comunidad y su líder que se derivan de la movilización de las comunidades de la zona y del aumento de su autosuficiencia. Diga a los grupos que se encuentren en lugares diferentes, o al menos en esquinas distintas de la sala, y que se preparen durante 10 o 15 minutos. Luego reúnalos con todos los demás alumnos (que serán el «público» de la representación), y pídales que interpreten al activista llamando a la puerta del funcionario, y pidiendo permiso para movilizar una comunidad en la zona. Cuando el grupo de alumnos es grande, puede hacerse varias veces. Después de una o dos sesiones, quizá quiera conceder un «comodín». Forme un tercer grupo que asesorará a algún entrometido local, o a un periodista que justo en ese momento estaba con el funcionario en su oficina, fisgando por ahí, y que añadirá preguntas inesperadas y conflictivas a la discusión.

Después de las sesiones de juego de rol, puede ser útil una sesión de seguimiento. Quizá desee resumir en la pizarra las preguntas que puede plantear el funcionario, preguntas que pueden aparecer en la comunidad y argumentos que el activista puede utilizar. Pida a los alumnos que le ayuden a crear listas en la pizarra. Haga sesiones de juego y seguimiento, incluso cuando no hagan falta permisos. Los argumentos son útiles para que los alumnos entiendan su papel.

Concienciación

El proceso de concienciación de la mayoría de la población es considerablemente similar al proceso de obtención de permisos no oficiales de las autoridades locales. Diga a sus alumnos que deben continuar siempre consiguiendo (y manteniendo) aliados y partidarios entre la población en general.

En su sesión de adiestramiento, puede usar el mismo tipo de juego de rol, con varias clases de «comodines» diferentes, y sesiones de seguimiento parecidas.

Recuerde a los alumnos que, al concienciar, deben evitar las suposiciones no realistas. Es más, la participación comunitaria no significa que el activista deba aceptar pasivamente cualquier sugerencia que los miembros más vocingleros de la comunidad consideren su objetivo primario. El activista debe cuestionar constructivamente cualquier sugerencia elemental y poco reflexiva por parte de la comunidad. Por ejemplo, puede preparar al grupo que representa la comunidad para que pida un hospital con doctores, pero al alumno que tiene el papel de activista se le aconsejará que pregunte si es para disminuir el índice de enfermedades. En ese caso, un suministro de agua potable y un alcantarillado en condiciones puede ser una solución mejor al problema de las enfermedades. (Ver el módulo sobre el Agua).

Organización de la unidad

Tiene que asegurarse de que sus alumnos no presuponen que las comunidades están unidas de forma natural. La palabra «comunidad» es engañosa en cuanto a que contiene la palabra «unidad». La creencia popular es que las comunidades son lugares pacíficos en las que todo el mundo conoce, quiere y coopera con los demás. Ver Organización de la unidad.

Este es un hecho bien conocido por los sociólogos. En módulos avanzados se incluye más sociología en el adiestramiento, y los conflictos se harán más evidentes. En esta fase introductoria del adiestramiento, y para uso práctico, es suficiente con que informe a sus alumnos de que existen conflictos ocultos y no tan ocultos, y «conatos de guerra» en cualquier comunidad. Esta desunión debilita a las comunidades. Por lo tanto, una parte importante del trabajo del activista consiste en convencer a los miembros de la comunidad de que aparquen sus diferencias para cooperar en las actividades de potenciación comunitaria.

Los alumnos deben aprender que la organización de la unidad no es una simple etapa en su trabajo, que no pueden unificar una comunidad (de una vez y para siempre) y luego ponerse a hacer otras cosas. Es un esfuerzo continuo, y tendrán que seguir haciéndolo a lo largo de todo su trabajo en la comunidad.

La desunión puede basarse en muchas cosas. Estas son algunas de ellas (pero no todas):

  • rivalidades entre diferentes clanes o linajes
  • diferencias relacionadas con la propiedad (como escribió Karl Marx: trabajadores contra propietarios) y
  • diferencias de
    • lengua
    • creencias y prácticas religiosas
    • organización familiar
    • grupos étnicos (también llamados «razas»)
    • sexo
    • edad y
    • deformidades o discapacidades físicas o mentales
  • casi cualquier variación en las características sociales (es decir, características físicas que tengan asociado un significado social).

A veces, un activista debe aceptar las prácticas locales y trabajar en esas condiciones, o insitir repetidamente en que algunas facciones deben incluirse en las reuniones comunitarias aunque históricamente se les haya ignorado. Estos son dos ejemplos de mi propia experiencia.

Al trabajar en comunidades islámicas conservadoras, por ejemplo, existían muchas restricciones a los movimientos de las mujeres. Tuvimos que tratar este tema con delicadeza. Con la bendición de los malaams, conseguimos proporcionar adiestramiento en trabajo social a mujeres, a cargo únicamente de instructoras y trabajando sólo en sus casas. (Ver TSBC).

Por el contrario, en el norte de Ghana, donde se practica un islam más moderado, convocábamos reuniones para determinar las prioridades de la comunidad. Si sólo se presentaban hombres, les explicabamos educadamente que necesitábamos a todo el mundo, suspendíamos la reunión sin revelar nuestro propósito y la convocábamos de nuevo al día siguiente. Las mujeres (discapacitados y minorías) acudían el segundo día. Ver también el módulo de Igualdad de sexos.

Se puede difundir el mensaje de varias formas. Si está informado de algunas de las divisiones más importantes donde lleve a cabo el adiestramiento, puede organizar varias sesiones de juego de rol en las que los alumnos representen posiciones en litigio, y un activista (con sus consejeros personificados por otros alumnos) debe idear estrategias para hacerles frente.

También puede convocar especialistas que proporcionen adiestramiento en ese área. Por ejemplo, en mi trabajo en África, para desarrollar estrategias de igualdad de sexos, me encontré que a menudo existían ministerios de género (o equivalentes) que contaban con personal muy bien adiestrado y deseoso de ayudar en sesiones de este tipo.

Diálogo público

Una de las competencias que necesita un activista es la de hablar en público, a una audiencia de desconocidos.

Aunque a menudo se considera que esta aptitud es natural en algunas personas, es un conjunto de conocimientos que puede aprenderse. La mayor barrera u obstáculo es el miedo, la ansiedad o el temor. Una vez que se superan estas emociones, estos conocimientos pueden adquirirse y mejorarse.

Tener buenas cualidades para hablar en público incluye no sólo la capacidad de hablar alto, vocalizando y en un lenguaje claro y simple, sino también la de escuchar a lo que la gente dice, anticipar lo que quieren decir aunque se mantengan silenciosos, y la de desarrollar una relación con la audiencia. Un activista no sólo debe respetar a los miembros de la comunidad, sino que se debe notar que los respeta, y demostrarlo en sus charlas públicas.

No asuste a sus alumnos diciéndoles todo esto al principio de la primera sesión de hablar en público. En ese momento parecerán imposibles. Sus alumnos no se sentirán tan temerosos de todo ello cuando descubran que pueden aprenderlos y practicarlos fácilmente, comenzando por su sesión de adiestramiento. Aquí es donde «aprender haciendo» es más efectivo.

Si dispone de un taller de adiestramiento de cinco días, puede organizar cinco o seis sesiones cortas diferentes de oratoria.Una de las mejores es la práctica de pensar de pie. Como en la organización «Toastmasters», organice un juego en el que se le pide a una persona que se ponga frente al grupo, y se le da una palabra -que no conocía de antemano- de la que tiene que hablar durante unos cinco minutos. Entre los temas se incluyen los que no están relacionados con la movilización o el taller, como «plátanos», «suegras», o «tapes de cubos de basura».

Si organiza talleres de adiestramiento para un grupo de activistas, por ejemplo cada mes (o cada dos meses) -lo que le recomendamos encarecidamente- este tipo de sesión se puede incluir en ellos.

Una variación de esta sesión puede hacerse enviando al orador fuera de la sala durante dos minutos para pensar sobre el tema que le han propuesto. Mientras tanto, informe al resto de los alumnos que deben cambiar el tema sin mencionar qué tema es. Al orador se le puede proponer un tema como «cambiar un carburador», y al grupo otro, como «conchas de ostras». El orador tiene cuatro minutos para hablar sobre el tema, pero también para identificar el tema deseado por el público y relacionar ambos, o cambiar al tema deseado por el público.

En estas sesiones, debe estar muy atento a las críticas. Las personas tímidas que tienen un temor personal a hablar en público pueden sentirse desanimadas por las críticas y esto les impedirá desarrollar las aptitudes necesarias. Puede ser el momento ideal para presentar las reglas básicas de la tormenta de ideas (ver Tormenta de ideas), o el término de las palabras clave «Bocadillo de mXXrda», muy útil en gestión. Puede copiar un procedimiento de las reuniones de AA1 . Se pide al público que aplaudan cada vez que habla un orador, sin importar lo que diga.

Si cuenta con soporte tecnológico, hay una sesión en la que puede ser muy útil una cámara (de vídeo). Grabe la charla de cada orador. Después les da la cinta y les proporciona un lugar privado, o unos auriculares y una pequeña pantalla, para que puedan ver la grabación de forma individual. Después, déles la opción de borrar la cinta o enseñársela a sus amigos. Quizá decida llevársela a casa, si tiene el equipo para verla. En lugar de recibir críticas o consejos de usted o de sus compañeros, dispone de la grabación de su charla, que puede utilizar o destruir en privado.

Poner a la comunidad a prueba:

A lo largo de este adiestramiento, hay un mensaje coherente. La idea central de la sociología de la potenciación es que un organismo se fortalece por la pugna, el esfuerzo o la práctica. En este principio se basa nuestra recomendación de que adiestre más efectivamente a sus activistas enfrentándolos a situaciones en las que pueden «hacer» o practicar su trabajo en lugar de limitarse a escuchar lecciones. En él se basa nuestra advertencia sobre la caridad: dar a los pobres no les hace más fuertes y más independientes, sino que les predispone a esperar y depender de más limosnas.

Uno de los juegos de rol que pueden llevar a cabo sus alumnos es el ejemplo del folleto «Poner a la comunidad a prueba». Prepare dos grupos, uno con el «activista» y sus consejeros, y el otro como la comunidad. Puede utilizar el folleto, y dar instrucciones a la comunidad para que pida un hospital, y al activista para que ponga en duda ese objetivo y los guíe a la elección de un suministro de agua potable como estrategia más efectiva para disminuir el índice de enfermedades.

Pida a los alumnos que sugieran otros juegos de rol, en los que los miembros de la comunidad pidan algo, y el activista los inste a reflexionar sobre su pretensión y a hacer una elección realista.

Organizar para fortalecer

Otro principio central de la metodología de la potenciación (después de «esforzarse para fortalecerse») es que organizar produce fuerza, y una mejor organización produce mayor fuerza.

En sociología, el linaje histórico de este principio deriva de los escritos de Max Weber, que habló sobre las características de las burocracias que les daban poder. Aunque no es éste el lugar para que enseñe sociología (eso llegará más tarde en el adiestramiento de estos activistas), es importante que usted, como instructor, reconozca la sociología en el adiestramiento.

Los organizadores sindicales han sabido durante siglos que si toma un grupo desorganizado de gente (que trabajan en la misma empresa), los une a favor de una causa común, y les ayuda a coligarse en una única organización social, aumentan su poder. A los empresarios y directivos no les gustan los sindicatos precisamente por el enorme poder que tienen. Pueden utilizar ese poder para protegerse de salarios y remuneraciones injustamente bajas, y de condiciones de trabajo peligrosas.

Este principio se aplica a cualquier grupo, y aquí se usa como parte de la potenciación de las comunidades. ¿Cómo demostrar este principio a sus alumnos? Los activistas comunitarios potenciales deben conocer la importancia de organizarse.

Hasta ahora, las directrices para instructores han recomendado la utilización de sesiones de juego de rol para poner a los alumnos en distintas situaciones del proceso de movilización comunitaria. Esto mejora sus aptitudes además de proporcionar información sobre las situaciones y actitudes de la gente que se encontrará y con la que trabajará en la potenciación comunitaria. Esta sesión puede también complementar otros métodos de adiestramiento más adecuados en ciertas situaciones.

Explique el principio y muestre cómo puede aplicarse a dos equipos de fútbol que tienen el mismo nivel de competencia. Pida a los alumnos que piensen en otras situaciones en las que un grupo organizado puede ser más efectivo que un grupo sin organizar aunque tengan características similares. Lístelas en la pizarra. Comience con juegos por equipos como el fútbol, pero continúe con otros grupos, como ejércitos que luchan en una guerra o empresas que fabrican el mismo producto. ¿Pueden los alumnos idear ejemplos nuevos y diferentes?

Si cuenta con un grupo grande de alumnos, divídalos en grupos pequeños para preparar un argumento en favor de la organización y cómo conseguirla. Se puede asignar a un grupo el ejemplo de los militares, a otro el ejemplo comercial, a otro una actividad religiosa (si es apropiado), etc. Pida a los grupos que decidan cómo tiene que ser la organización para resultar más efectiva. Pida un orador de cada grupo para que informe a toda la clase. Una lección importante es que organizar en en sí un proceso fortalecedor, y no es privativo de las comunidades.

Conclusión: Adiestrar activistas:

Los métodos que utilice para animar a los alumnos a aprender cómo movilizar deben ser variados e interesantes. No deben ser sólo lecciones y presentaciones, sino también métodos distintos que involucren a los alumnos como participantes activos en su propio aprendizaje. La variedad ayuda a mantener fresco el proceso de aprendizaje, y mejora la comprensión y la retención.

No dependa de los métodos clásicos, ni siquiera de estas directrices. Su adiestramiento será más novedoso, más estimulante y más excitante si crea sus propios métodos usted mismo.

Es más, en cada taller debe intentar hacer algunas sesiones con sus alumnos en el exterior. Haga más frescas las sesiones cambiando los oradores. Varíe también de medio de presentación durante las sesiones: utilice diapositivas, transparencias, películas, vídeos, marionetas, pizarras, juegos de rol. Danzas locales y grupos de teatro, coros y grupos culturales. No use el mismo sistema durante mucho tiempo en la misma sesión, y cámbielos de una sesión a otra.

Incluso el juego de rol puede ser variado: inténtelo con marionetas manipuladas por los alumnos en lugar de que sean ellos los que interpreten el papel. De la misma manera, puede hacer imágenes para una presentación en una pizarra de fieltro, como alternativa al juego de rol. La variedad es un estupendo condimento pedagógico.

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nota 1 AA = Alcohólicos Anónimos)


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Última actualización: 14.04.2011

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